El empresario Carlos Oldemar Barreiro Laborda, uno de los denunciados por Patricia Bullrich por presunto contrabando en la Aduana, denunció que detrás del desplazamiento de Juan José Gómez Centurión hubo "una cama" en la que involucró a la número dos de la Agencia Central de Inteligencia, Silvia Majdalani.
"Cuqui" Barreiro Laborda es el ex dueño de la compañía de alarmas y recuperadora de autos robados Lo Jack y fue imputado el lunes, junto a Gómez Centurión, por el fiscal Guillermo Marijuán, quién impulsó la investigación pero sin aludir a un delito en particular.
Al mismo tiempo que Gómez Centurión envía algunos mensajes por elevación a Bullrich y la ex Side, Barreiro Laborda le puso nombre a las sospechas de una maniobra para perjudicar al desplazado jefe de la Dirección General de Aduanas y apuntó a la "Turca" Majdalani.
Barreiro Laborda confirmó que su voz aparece en las escuchas que sirvieron de base para la denuncia de Bullrich pero dijo que lo "editaron" y "sacaron de contexto". Pero además dijo que la AFI lo espió ilegalmente en su vivienda.
"Me pusieron micrófonos en mi casa de San Isidro, violaron mi domicilio, fue una rata de AFI. El micrófono estaba abajo de la cómoda al lado de donde tomo café. La cama la hizo Majdalani. Yo desconfío de algún chofer mío, que seguro quebraron", declaró el empresario al diario Perfil, donde además contó que hace "cuatro meses" sabía que se venía "la cama".
"Ya me venían siguiendo hace tiempo, tengo las denuncias hechas. Aquí el que caminaba la calle en nombre de Majdalani era Carlos Farré, que trabajaba para ella en Ezeiza. Este tipo me amenazó y me dijo que me tenía que juntar con él. No puedo reproducirte lo que le dije. Ahora, yo lo que no entiendo es como Macri, si por una denuncia anónima, separa a Centurión, porque no hace lo mismo con Majdalani que está metida en lavado de activos y cuentas en el exterior", disparó Barreiro Laborda.
Echaron a otro directivo La AFIP oficializó la suspensión del subdirector general de Control Aduanero, Pablo Allievi, uno de los denunciados por presuntas irregularidades en la Aduana. La suspensión será efectiva "hasta tanto se diluciden los hechos".
El empresario abonó la teoría de Gómez Centurión acerca de que la denuncia es un "vuelto" por los intereses que tocaron en la Aduana. Puntualmente, el ex jefe habló de sectores vinculados al tráfico de efedrina y Barreiro mencionó que hace un tiempo trabajaba un "Sistema Integral de Seguridad Nacional (SIGMA)".
Al respecto, hoy el diario La Nación destaca que Gómez Centurión además de denuniar el sistema de importaciones truchas durante el kirchnerismo, apuntaba a abandonar el modelo de control por verificación (donde el aduanero tiene todo el poder, en el puerto), considerado ineficiente y caduco, para adentrarse en el esquema de control de perfiles de riesgo de la mano del arsenal informático disponible. Con esto, pretendía minimizar la discrecionalidad en la Aduana. Ese plan queda ahora en la nada.
Las acusaciones de Barreiro Laborda y las sugerencias del propio Gómez Centurión no hacen más que incrementar las intrigas que rodean al escándalo y las versiones sobre operaciones internas de inteligencia dentro del Gobierno. De hecho, fuentes de la administración nacional sospechan que no sólo sectores de la Side están detrás de la "cama" al ex militar sino también de la cúpula Ministerio de Seguridad.
En esta madeja de intrigas, hay otro dato llamativo y son los defensores que designó Gómez Centurión. Uno es Alejandro Pérez Chada, que es el abogado personal de Mauricio Macri. El otro es Hugo Wortman Jofre, letrado del Grupo Clarín. Ninguno de los dos pasa desapercibido.
