Santa Fe
Los socialistas buscan sumar a kirchneristas desilusionados
Quieren abrir el Frente Progresista y construir "una alternativa de centroizquierda al gobierno nacional".

"Queremos abrir el Frente Progresista para que no sea solamente un acuerdo de ocho partidos, sino que incorporemos dirigentes con otras trayectorias, otros partidos, trabajadores, empresarios y gente de la cultura", sostuvo el diputado provincial socialista Joaquín Blanco en diálogo con LPO.

De esta manera, el legislador adelantó cuáles serán los carriles por donde transitará la construcción política del Frente que aún no logra resolver las tensiones internas, al menos con el sector de la UCR que busca identificarse con Cambiemos.

Sin embargo, las declaraciones del propio presidente Mauricio Macri, quién ungió a Miguel Lifschitz como su principal opositor, como adelantó este portal, colocó al socialismo en la primera plana de la política nacional y lo invitó a jugar el partido en una cancha donde saben pararse.

"Resistimos los embates del kirchnerismo que nunca recibió al gobernador Bonfatti y padecimos declaraciones como las de Larroque que nos señaló como narcosocialismo o cuando el entonces presidente del PJ de Santa Fe -José Luis Freyre- sugirió la intervención a la provincia", afirmó Blanco.

Ahora, y a pesar del diálogo casi cotidiano entre las dos gestiones, los chispazos fueron acrecentándose con el correr de los meses. "No podemos apoyar una agenda económica que no compartimos", advirtió Blanco en referencia a las recriminaciones del PRO que sostienen que el socialismo "dice una cosa en privado y luego critica en público"

"Nosotros no confundimos obra pública con mezquindades por el rédito político, que no nos pidan que aplaudamos ni convalidemos muchas de las medidas que están tomando. No acompañaremos la devaluación ni la apertura de importaciones que perjudica a los sectores productivos y a los más necesitados", disparó el joven legislador.

Así, Santa Fe se convirtió en la arena de disputa hacia el 2017 donde el PRO se puso como principal y único objetivo ganar la elección luego de haber rasguñado la gobernación en dos oportunidades con Miguel del Sel a la cabeza.

Por ello, instalados como una oposición concreta, el socialismo intentará seducir a sectores que estuvieron ligados al kirchnerismo, independientes y alinear expresiones del progresismo que se resisten a integrar el Frente.

Bonfatti, Binner y Lifschitz

"Para el 2019 el Frente Progresista va a contar con dos dirigentes de mucho peso en el escenario nacional, uno es Lifschitz y el otro Bonfatti. Nosotros tenemos que seguir demostrando que se puede gobernar sin corrupción y sin ajuste, con un estado presente y transparente y que se puede gestionar sin los bolsos de López y sin el precio excesivo del aceite", concluyó Blanco.

Campaña para una Constitución progresista

La discusión pública con Macri generó, hacia el interior del socialismo, un respaldo unánime de toda su dirigencia al gobernador Lifschitz dejando atrás, o al menos atemperando, las diferencias internas por la reforma constitucional.

"En verdad, más que diferencias entre Lifschitz y Bonfatti lo que hubo fue una descoordinación política entre ellos", minimizó el diputado Joaquín Blanco y confirmó que "Lifschitz está dispuesto a poner en discusión todos los temas".

Entre ellos, la posibilidad de discutir la reelección para un segundo período que fue motivo de discordias con Bonfatti que aspira a volver a la gobernación.

Con viento a favor, Lifschitz comenzó a impulsar debates con distintos sectores sociales y políticos y a organizar paneles de discusión sobre la base de tres actores: la sociedad civil a través de instituciones, sindicatos y ONG, especialistas y todo el arco político.

"La reforma constitucional tiene que ser una discusión abierta de cara a toda la sociedad, no puede quedar en un mero acuerdo político. Tampoco mirando las próximas elecciones, sino que queremos generar una constitución muy progresista" adelantó Blanco.

Es que el diputado socialista es uno de los operadores de la reforma y ya ha mantenido reuniones con distintos sectores.

"He notado, con los distintos sectores políticos con los que conversé, que hay un sentido de trascendencia y que esta reforma resolverá el atraso de 50 años que tiene nuestra Carta Magna" se mostró optimista el legislador quien no descarta que si hay acuerdo general, pueda surgir un cronograma más concreto.

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  • 1
    27/07/16
    17:02
    Un "kirnerista desilusionado" hoy, es un gran dolobu que no sirve para nada. Si en doce años no se dio cuenta del afano sistematico......
    Responder
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