Republicanos
Día dos: Trump ya es candidato y Christie organiza una cacería de brujas
En la segunda jornada de la convención Republicana se hizo oficial la candidatura de Trump. Christie fue la estrella.

Lo que se vivió el martes en la Convención Nacional Republicana distó mucho del evento de unidad partidista que debió ser. El chasco del discurso plagiado de Melania Trump fue sólo la cereza en un penoso pastel de problemas que desde hace meses amenazaba con formarse.

Este miércoles, el segundo de la Convención de cuatro días, no fue exactamente un triunfo para el candidato Trump, pero sin duda fue una mejora al arranque en falso de anoche. Para empezar Trump dejó de ser el presunto candidato y se convirtió finalmente en el candidato oficial del Partido Republicano.

A eso de las 5 de la tarde se hizo el pase de lista a las 56 delegaciones del Partido, pertenecientes a estados de la unión o territorios de los Estados Unidos de América, y finalmente se oficializó la nominación del empresario convertido en aspirante presidencial.

Del total de delegados, 747 no votaron por Donald Trumpm, en la expresión de disconformidad partidaria más grande en la historia del Partido Republicano desde 1976.

Sin embargo, el pase de lista no fue tan suave como en años anteriores. Del total de delegados, 747 no votaron por Donald Trump. De acuerdo a cifras del New York Times es “la más significativa expresión de inconformidad partidista desde 1976”, el último año en que hubo una Convención Republicana dividida, cuando el entonces presidente Ford casi pierde la nominación ante el gobernador de California y futuro ídolo conservador, Ronald Reagan.

Trump sólo dirigió un breve mensaje desde Nueva York agradeciendo el voto de confianza, mientras en la convención las estrellas de la jornada fueron el gobernador de New Jersey, Chris Christie, y el hijo del magnate, Donald Trump Jr., quien habló junto con su hermana Tiffany.

Donal Trump Jr. al ingresar a la convención republicana.

¡Quémenla!

Christie fue el primer político poderoso en dar su aprobación al empresario, cuando hace meses abandonó la carrera presidencial y se unió a la campaña de Trump, justo a tiempo de acariciar la candidatura a Vicepresidente. Para su desgracia, el costo político de unirse a la campaña fue altísimo. Su aprobación en su estado se desplomó a niveles que harían sudar a políticos mexicanos. Las últimas encuestas lo colocaban con una desaprobación de alrededor del 64%, lo que seguramente le costó el sueño de ser vicepresidente. Hace días se confirmó lo que ya todos sabían cuando el gobernador Mike Pence de Indiana fue anunciado como el compañero de fórmula de Trump.

Christie organizó un juicio sumario en contra de la candidata demócrata desde el pódium en Cleveland, responsabilizando a Clinton de crímenes contra la humanidad.

Pero Christie parece tener un nuevo sueño: Convertirse en el Fiscal General del presidente Trump, y su primer acto de campaña se llevó a cabo el día de hoy durante la Convención. El gobernador de Nueva Jersey organizó un juicio sumario en contra de la candidata demócrata desde el pódium en Cleveland, responsabilizando a Clinton de crímenes contra la humanidad, como permitir que el sirio Bashar Assad asesinara a 400 mil personas. La acusó de llamar a Assad “un reformista, una especie diferente de líder”.

“Hillary Clinton es una negociadora inepta: ¿Culpable, o inocente?”, arengó Christie a la multitud. ¡Culpable!, respondieron al unísono. “¿En Libia y Nigeria?”, ¡Culpable! “¿En Irán y Rusia y Cuba?” ¡Culpable! “¿Y aquí, en casa, por arriesgar secretos de Estado y mentir para encubrirlo?”, acusó, refiriéndose al escándalo de los emails de Hillary. ¡Culpable!, sentenció una vez más la multitud.

“No podemos promover a Comandante en Jefe a alguien que ha hecho del mundo un lugar más violento y peligroso con cada mala decisión ha tomado. No podemos convertir en la oficial mayor de la ley en los Estados Unidos a alguien que ha arriesgado secretos americanos y ha puesto en peligro al pueblo americano y mentido al respecto día tras día tras día”.

La delegación de Texas.

Después de quedarse a nada de acusar a la ex secretaria de Estado de planear el secuestro del bebé Lindbergh, Christie se retiró arropado por un coro de gente que gritaba “Lock her up! Lock her up! Lock her up!” (¡Encarcélala!), en lo que parecía una puesta en escena de los juicios de Salem.

Ha nacido una estrella

Tras finalizar el pase de lista de los delegados, el hijo del magnate –presumiendo un bronceado de ensueño– fue el siguiente en tomar la palabra. Donald Trump Jr. demostró una capacidad de oratoria envidiable, superando a su padre, quien es más bien un improvisador capaz y salvaje, pero que carece de la sutileza que su hijo exhibió esta noche. Es probable que hayamos presenciado el nacimiento de una dinastía política y que Donald Jr. se impulse en su actuación de esta noche para conquistar una curul en los próximos años.

Ahora, si Christie tuvo la misión de crucificar a Hillary, Trump Jr. parecía dispuesto a canonizar a San Donald ahí mismo en el escenario. En los quince minutos que duró su participación el hijo del magnate tocó todos los puntos importantes para el electorado conservador.

Desde la glorificación de la clase obrera norteamericana y del “hombre común”, pasando por la decadencia de las escuelas bajo el modelo demócrata, y el yugo aplastante de las regulaciones en los pequeños empresarios, y la historia de horror favorita de los conservadores: el gobierno que viene a quitarles sus armas de fuego. Donald Trump Jr. palomeó uno a uno todos los clásicos del discurso conservador.

Trump agradeció la candidatura mediante una teleconferencia desde Nueva York.

Uno de los momentos más extraños se dio cuando pretendió convertir al magnate en una historia inspiradora, refiriéndose a Trump como un hombre que vino de Queens y “cambió el horizonte de Nueva York”, sin mencionar que lo hizo parado en una fortuna construida por su padre.

En un claro coqueteo a los votantes millennials que se quedaron huérfanos del lado Demócrata, Donald Jr. citó: “Fue el mismo Bernie Sanders quien advirtió que una ola de trabajadores puede mantener los salarios bajos y la pobreza alta”, condenando de paso las políticas migratorias que Clinton implementaría si se le permitiese llegar a la Casa Blanca. “Tenemos el peor sistema migratorio del mundo”, dijo, “afecta a hispano-americanos, afro-americanos y privilegia a ilegales por encima de aquellos que quieren seguir el proceso legal”.

Uno de los momentos más extraños fue cuando Donald Jr. pretendió convertir a su padre en una historia inspiradora, presentando al magnate como un hombre que vino de Queens, sin mencionar que lo hizo parado en la fortuna de su padre.

Trump Jr. también resucitó el tema de la matanza en Benghazi, cuando empleados de la embajada de Estados Unidos en Libia fueron asesinados por extremistas islámicos; tragedia que ha perseguido a Clinton desde 2012.

“El Departamento de Estado de la Secretaria Clinton ignoró las llamadas de auxilio tanto en la noche en cuestión como en las semanas y meses que antecedieron el ataque”, dijo.

“¿Quién tomaría esa llamada a las 3 de la mañana? ¿A quién preferirían llamar?”, preguntó. ¡Trump! ¡Trump! ¡Trump!, respondieron los asistentes.

Donald Jr. describió a su padre como un hombre “sin intereses especiales, que pagó su candidatura de su propio bolsillo”, y que nombraría jueces de la Suprema Corte que sepan que “la libertad requiere de un Gobierno chico”.

“Un presidente que diga lo que piensa, no sólo cuando le conviene”, continuó. “Ese presidente sólo puede ser mi mentor, mi mejor amigo y mi padre: Donald Trump”.

“Cuando lo elijamos, haremos a América grande. Más grande de lo que jamás ha sido”.


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