Cuando todavía el gobierno de María Eugenia Vidal no logra reponerse de la embestida de Elisa Carrió contra el jefe de La Bonaerense, Pablo Bressi, el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, fue parte de un momento distendido, reservado pero de explosivo contenido político.

Los amplios ambientes de la casa del juez Federal en lo Criminal y Correccional de Morón, Jorge Rodríguez, fueron el escenario del festejo de cumpleaños del juez Juan Pablo Salas, y allí -rodeado de las máximas figuras de la Justicia- el ministro de Seguridad recibió algunos apoyos.

Según pudo saber LPO, en el festejo estuvieron los jueces federales Luis Rodríguez, Julián Ercolini, Ariel Lijo y Marcelo Martínez Di Giorgi. También estuvieron varios magistrados de la provincia de Buenos Aires como Ernesto Kreplak (La Plata), Adrián González Charvay (Campana) y Alicia Vence (San Martín).

Pero lo que llamó la atención fue la invitación que cursó el anfitrión a tres funcionarios del gobierno de Vidal. A la casa del juez de Morón ingresaron juntos los ministros Ritondo, Gustavo Ferrari (Justicia) y Julio Conte Grand (Legal y Técnica).  

Gustavo Ferrari y Pablo Bressi.

Aglaplata

Tras la cumbre, algunos asistentes aseguraron que no se trató de un apoyo a Ritondo sino que simplemente se trató de un festejo informal, aunque reconocen que la presencia de ministros no es usual en ese tipo de encuentros entre magistrados.

Otras fuentes que estuvieron presentes en la casa del juez Rodríguez dejaron trascender que se trató de un apoyo a Ritondo en medio de la presión de Carrió. Incluso, hubo quienes aseguraron que el presidente de Boca, Daniel Angelici, fue de la partida y afirmó entre comida abundante y buenos vinos que el gobierno de Vidal no debía ceder ante las presiones de la diputada. Sin embargo, la presencia de Angelici -operador de Macri en los despachos de la Justicia- fue negada por otros asistentes.

Algunos de los presentes afirmaron a LPO que Angelici asistió a la reunión y pidió no ceder a las presiones de Carrió. Otros negaron su presencia.

Con todo, en el gobierno nacional descreen que Carrio esté realmente bajo un cuadro de estres, como adujo para tomarse quince días sin intervenciones públicas. Por el contrario, hay quienes sostienen que la diputada le dió un ultimátum a Macri y Vidal para que desplacen a Ritondo del ministerio más caliente del gobierno provincial. “Me voy 15 y cuando vuelva quiero que ya no sea ministro”, aseguran que sentenció Carrió.

Pero en las últimas horas Macri recibió Ritondo y juntos mantuvieron una reunión trazando ejes de trabajo. En el gobierno ven esa reunión como un gesto de apoyo a ministro.

Por lo pronto, la salida de Carrió de escena calmó un poco las aguas, pero tanto en la Rosada, como en La Plata están atentos a su regreso. Es que la carta de Carrió a Vidal en la que despliega sus pruebas sobre el rol de Bressi dentro de la fuerza se vivió en el gabinete provincial como un cimbronazo.

El escenario se complicó también en la Legislatura donde el Frente Renovador arrinconó al oficialismo pidiendo explicaciones a Ritondo y -en paralelo- apoyando a Martín Insaurralde en un nuevo proyecto de Policía Local.

La diputada Elisa Carrió.

Pero la inquietud por el regreso de Vidal excede a La Plata. Un temor incluso mayor tiene el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, a quien Carrió amenazó con denunciar por los supuestos manejos corruptos del presupuesto de la Justicia de su mano derecha, Héctor Marchi. 

De hecho, la reunión que Lorenzetti tuvo con Macri el mismo día de la decisión de la Corte de no avalar el tarifazo, más que muestra de diálogo fluido, respondió a una convocatoria urgente de la Casa Rosada para reprocharle que no haya cumplido con su compromiso de lograr un fallo favorable para esa medida.

El temor es que en el inevitable encuentro que Macri o algún enviado suyo tenga con Carrió, el presidente de la Corte termine siendo el pato de la boda.