El Gobierno está metido en un laberinto sin salida. O al menos con una salida que parece muy difícil de encontrar. El brutal impacto del tarifazo fulminó la luna de miel con la sociedad que toda nueva gestión goza en su primer año. Pero también lo golpeó en términos políticos, por las derrotas judiciales que se multiplican y por la falta de autoridad para sostener medidas que el propio Macri considera inevitables.

Lejos de mejorar, la situación cada día se complica un poco. Al fallo de la Cámara Federal de La Plata que anuló la suba del gas en todo el país (que el Gobierno sostiene que está suspendido, pero para las asociaciones de consumidores está vigente), se sumaron ayer dos malas noticias para la Casa Rosada: la justicia suspendió el aumento de la luz en la provincia de Buenos Aires y un juez de Lomas de Zamora dictó el primer fallo contra la suba del agua. Se espera un efecto dominó también para esos servicios.

En diálogo con LPO, el sociólogo y analista político Marcos Novaro analizó las consecuencias del enredo en que se metió el Gobierno, y puso el foco no sólo en el impacto político sino también en el económico, con los costos fiscales que podría tener la suspensión o el tope a los tarifazos.

“Es el error más grave hasta acá. Esto no lo compensan las macanas de Cristina y su banda, por más bolsos y monjitas que aparezcan ya no alcanza”, sentencia Novaro, que de todos modos agrega que el Gobierno tiene “un plus porque esta es la primera crisis seria” que enfrenta. “Hay que ver como lo acomodan en la gestión, tal vez puedan sacrificar algunas piezas o mostrar algún giro en su modo de gestionar”, dice.

Novaro sostiene que el Gobierno ya no podrá jugar con su estrategia de mostrarse como “humanos” que se equivocan y corrigen. “Esto es el final de las correcciones sin costo, esto de que somos humanos y si nos equivocamos, damos marcha atrás. Esto funciona hasta acá. La dinámica de ‘no somos soberbios’, ‘no somos como Cristina’, ‘no somos ideológicos’… todo eso suena bien pero ahora el problema es que tienen que ver cómo evitan errores que tienen costos de autoridad”, afirmó el sociólogo.

“El otro problema es que además de la revelación de déficits técnicos, se revelan déficits políticos y de autoridad. Cuando van para atrás con las medidas, quedan expuestos como gente que no logra sostener sus propias iniciativas”, analizó Novaro, que añadió que “depender de la justicia no es una buena idea para el Gobierno, debe maniobrar más rápido”. 

Novaro se refirió también al revés que Macri sufrió ayer en el Senado, donde la oposición se alineó para pedir que suspenda el tarifazo. “Para la oposición es una señal de que el Gobierno no es tan sólido como parecía en la votación del blanqueo y del pago a jubilados, que fue un momento de gloria para el Gobierno, pero fue una gloria efímera”, indicó.

El riesgo económico

Acaso uno de los problemas más urgentes que deberá solucionar el Gobierno es el impacto fiscal que provoca la suspensión o el tope a los tarifazos. Según Aranguren, el tope del 400% al gas tiene un costo $11.800 millones para las arcas del Estado. Si a eso se le suman medidas similares en el caso de la luz y el agua o directamente la suspensión de los aumentos, el impacto podría ser muy costoso para las metas fiscales delineadas por Alfonso Prat Gay.

“Esto tiene un costado económico muy serio”, asegura Novaro. “El grueso del ajuste, del recorte de gastos lo ponían acá. Y ahora si tienen que reducir de otro lado van a tener que elegir entre más recesión o más inflación, porque tampoco pueden seguir tomando deuda. No hay ninguna solución gratis, es una sábana corta", analizó.

"La señal económica tampoco es buena. Generan más incertidumbre en un contexto que ya era de una incertidumbre muy fuerte. En las grandes empresas estaban prudentes, dándole tiempo al Gobierno, pero con esto pierden ese margen de tiempo. Como señal para el sector económico no es buena", sostiene Novaro.  

Presidencia

El sociólogo agrega que en el corto plazo el Gobierno puede salir de este enredo, "pero a mediano las cuentas se van a empezar a desbarajustar más, y son cuentas que ya están deterioradas". "Si reaccionan rápido lo pueden compensar, bajar algunos gastos, demorar algunas medidas de gasto con las provincias. Tal vez las provincias sufran un poco", continuó.

Novaro termina su análisis afirmando que cualquier solución que Macri pueda encontrar es pasajera, porque ya se sabe que el año que viene habrá nuevos aumentos. "El problema de fondo es que todos saben que es un ajuste parcial, es verdad lo que dice Sanz que esto es gradualismo. La verdad es que todos saben que muchos usuarios deberían pagar mil por ciento más, pero también todos saben que es una locura", señaló.

"Lo explicaron mal, lo calcularon mal y en la instrumentación han sido todavía más torpes. Debieron explicarlo de cara a la gente, con números concretos y detalles para que se entienda el problema. Pero metieron toda la pata posible", concluyó.