La Cámara de Diputados le daría media sanción esta semana a la nueva ley de autopartes, un régimen consensuado por el Gobierno, empresarios y Smata que prevé otorgarle rebajas impositivas a las terminales automotrices que incorporen autopartes fabricadas en el país, con el objetivo de reactivar el sector autopartista y lograr un mayor nivel de integración nacional de los vehículos producidos en el país.

El debate comenzará mañana en un plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, Industria, y de Pyme, pero el grueso del proyecto está consensuado y se aprobaría el miércoles o jueves en una sesión especial, donde también se tratará el proyecto de estímulo a las pequeñas y medianas empresas.

El proyecto, que crea el Régimen de Desarrollo y Fortalecimiento del Autopartismo Argentino, fue presentado por el diputado Oscar Romero, jefe del Bloque Justicialista y dirigente de Smata. Fuentes del sector explicaron que la nueva ley viene a cubrir el espacio que ocupaba la Ley 26.393 que se extinguió en 2013, y que si bien guarda similitudes con ese texto, avanza en algunos aspectos que fueron analizados y discutidos por el Gobierno y de las organizaciones empresariales.

La Ley prevé otorgar un reintegro (mediante un bono electrónico de crédito fiscal para el pago de impuestos nacionales) a la compra de autopartes nacionales a las terminales automotrices y autopartistas, cuando éstas alcancen un nivel mínimo de integración local y los vehículos a los que están destinadas sean de producción exclusiva en el Mercosur.

De acuerdo al proyecto de Romero, el reintegro a las automotrices irá de 4 hasta 15%, dependiendo del nivel de integración nacional. Además, las terminales deberán cumplir con el Contenido Mínimo Nacional en sus productos, que será del 30% para automóviles y utilitarios, 25% para vehículos comerciales livianos, camiones y ómnibus, y 15% para motores.

El proyecto establece también que se podrán financiar las inversiones de los autopartistas mediante adelantos realizados por el Estado o la posibilidad de que los autopartistas sistemistas gocen de los mismos beneficios que las terminales cuando realicen inversiones en nuevas autopartes.

Las cámaras que nuclean a las empresas del sector hicieron diferentes propuestas al Gobierno y tratarán de imponer algunos cambios al texto final. La Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) y la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac) expresaron su preocupación por la exigencia del mantenimiento del empleo, que impulsa Smata. También solicitaron un mayor nivel de reintegro y que el adelanto para inversiones alcance el 20%.

En ese último punto coincidió que la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), que además pidió una mejora para los sectores más débiles de la cadena como forja y fundición, elevando el reintegro adicional del 5% al 10%, que se estimule la fabricación de motores en el país y que se avance en la producción de autopartes aún no producidas.