El ex vice de la filial local del JP Morgan, Hernán Arbizu, quedó detenido tras aceptar ser juzgado en New York por presunto fraude financiero por más de dos millones de dólares.

Arbizu tiene pedido de extradición de Estados Unidos desde 2008, pero logró permanecer libre por protección de Cristina Kirchner, quien se negó a entregarlo para mantenerlo como fuente del sector financiero.

De ahí en más fue conocido como arrepentido, en un país que no tiene esa figura en el código penal y recién comenzará a discutirla en próximo mes en el Congreso. 

Pocos como Arbizu habrán sufrido tanto el cambio de Gobierno, porque el año pasado, cuando expuso ante la bicameral que investigaba a 4040 de argentinos con cuentas en la sede del HSBC de Suiza, no tuvo mejor idea que apuntar contra Alfonso Prat Gay, otro ex JP Morgan.

“Yo le puedo decir el nombre de diez banqueros que usaba Prat Gay para sacar plata afuera”, desafió al entonces diputado Ricardo Buryaile, actual ministro de Agricultura y amigo de Prat Gay.

Está claro que Arbizu no tendría buen destino con el nuevo Gabinete y sus abogados negociaron con la justicia neoyorkina, que suele tener algo de contemplación con quienes menos oponen resistencia. 

Y el juez federal Sebastián Ramos, a cargo de la causa, lo detuvo por riesgo de fuga. Viajará el 22 de junio a New York por América Airlines acompañado por dos agentes del FBI. Podría terminar con una condena de 30 años de prisión.

En su cruda confesión en el Congreso, recordó que el JP Morgan lo persigue porque decidió tomar dinero de la cuenta del ex dueño de Musimundo Natalio Garber, para girársela a los hermanos paraguayos Acevedo Quevedo, acusados por narcotráfico.

“Estaba en la casa de ellos y me recibieron con metralletas. No debí haber ido”, se arrepintió. “¿De qué vivo? Me mantiene mi familia”, se confesó luego.

Pero sus incursiones mediáticas se basaron en describir el mecanismo de fuga de dinero del país. Según su relato, la mayoría salió a través de Bancos como Citibank, UBS, Credit Suisse, Santander, BBVA, Goldman Sachs y JP Morgan.

En el Congreso desafiaba a los legisladores a subir al primer piso de los Bancos en la city porteña para ver como cerraban operaciones para llevarse la plata afuera.

Esas historias difícilmente le interesen al juez de New York, que lo indagará desde fin de mes.