Son viajes relámpago encastrados en la agenda del Presidente con poca articulación en el territorio y los hombres de abajo. Así, las visitas de Mauricio Macri al Conurbano a veces no cuentan ni con los propios ediles que representan al PRO en los Concejos Deliberantes.

El Presidente visitó esta mañana el centro de jubilados San Ignacio de Loyola, de Boulogne, donde charló y jugó al truco con un grupo de parroquianos. Pero hasta el propio cura que coordina el centro prefirió ausentarse durante la visita del líder del PRO, según comentaron a este medio fuentes del lugar.

Fue uno de los escenario elegidos para instar al Congreso a que sancione en el corto plazo el paquete de medidas que entrarán esta semana sobre el blanqueo de capitales, el pago de juicios a jubilados y la recomposición de sus haberes.

El intendente Gustavo Posse logró a duras penas que Presidencia le informara de la visita de Macri a instancias de un veterano operador radical que le gusta moverse en las sombras.

Esta vez Posse pudo resolver con cierta anticipación, ya que la última bajada de la gobernadora María Eugenia Vidal fue sin previo aviso. Además, Lilita Carrió lo trató de "ladrón" hace poco en la Quinta de Olivos, y alcalde estaba un poco preocupado por eso.

Peor fue el panorama de los concejales del PRO, Rodrigo Seguín y Rosalía Fucello, que responden al ex ministro y actual embajador en Uruguay Guillermo Montenegro.

Los ediles no estuvieron en el encuentro, acaso ni siquiera fueron advertidos de la actividad presidencial, de gran magnitud para su trabajo diario. Son los dirigentes que amagaron con rechazarle la rendición de cuentas a Posse, que igual logró aprobarla de modo ajustado.

Es que, como informó LPO, el alcalde radical depende prácticamente de los hombres de Montenegro para aprobar proyectos. La rendición finalmente fue aprobada porque termino desempatando Carlos Castellano, presidente del HCD y ex candidato a intendente cuando Posse iba de gobernador.