El mercado ya había asumido la noticia. Lo único que faltaba era que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) lo confirmara oficialmente en su informe de stocks mundial de granos que se emite durante la primera quincena de cada mes.

Y finalmente este martes llegó lo que todos esperaban. El USDA recortó considerablemente el volumen final de la cosecha de soja argentina producto de las inundaciones que se registraron en abril en las principales regiones productivas.

De esta manera, si bien el organismo norteamericano esperaba al inicio de la campaña que en la Argentina se produzcan alrededor de 60 millones de toneladas, ahora prevé que la producción sojera se ubicará en torno a 54 millones (un 10% menos).

El informe del USDA mostró otros datos claves: la cosecha de soja en EE.UU. durante el presente ciclo 2015/16 mostrará una baja respecto al año pasado, al tiempo que la demanda de China aumentará de 83 millones de toneladas a 87 millones en 2016.

Tras oficializarse los datos mencionados en el párrafo anterior, en el Mercado de Chicago (CBOT) el precio de la soja explotó registrando una suba de 21 dólares en solo una jornada para cerrar en u$s 395 por tonelada la posición Mayo 2016.

Se trata del valor más alto de los últimos 18 meses permitiendo valorizar la cosecha argentina en casi u$s 1000 millones. Hace unos 30 días -antes de conocerse el impacto definitivo de las lluvias- la soja se negociaba en no más de u$s 330/340 por tonelada.

En tanto, las expectativas de los operadores estaban puestas en lo que pudiera ocurrir este miércoles. Y el mercado no defraudó: la soja en Chicago mantuvo casi totalmente las ganancias del día anterior y cerró la jornada en u$s 393 por tonelada.

Así las cosas, el impacto en EE.UU. se trasladó rápidamente al mercado local. En la zona de Rosario (Up River) la soja se negoció este miércoles a $ 3700 por tonelada con descarga inmediata y a u$s 282 con entrega en noviembre próximo.

En diálogo con La Política Online, Javier Buján, director de la consultora Kimei Cereales, consideró que "el mercado seguirá presentando precios firmes a pesar de alguna que otra caída que pueda haber en las próximas jornadas producto de las recientes subas".

En la misma línea, el analista agropecuario, Alejandro Ramírez, señaló que "el precio de la soja seguirá subiendo en las próximas semanas con serias posibilidades de acercarse a los u$s 450 por tonelada".

"Los problemas a nivel local continúan, los caminos rurales siguen presentando un estado calamitoso, los días son más cortos con poca presencia del sol y con mucha humedad en el ambiente", sostuvo Ramírez en referencia al estado de la soja.

"El mercado internacional comenzó a desandar un camino de sostenimiento y por momentos de firmeza en los valores de la soja ante la incertidumbre de lo que pueda ocurrir con la calidad del poroto cosechado", agregó el analista.

Como sea, en la Casa Rosada siguen con atención el tema en función de que buena parte de la suerte de la economía depende de la evolución de precios de la soja (el Estado recaudará más de u$s 5000 millones solo cobrando el 30% de retenciones).

La suba de la soja incrementaría la liquidación de divisas del sector agropecuario -que ya liquidó u$s 8400 millones en lo que va del año-, lo que permitiría armar un buen colchón para llevar calma al mercado cambiario de cara al segundo semestre.

El impacto de las inundaciones

En este contexto, en las últimas horas se conoció un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en el que se cuantifican de manera definitiva los daños que causó el exceso de lluvias en la cosecha gruesa durante el mes de abril.

Para la prestigiosa entidad rosarina se perdieron 5,7 millones de toneladas de soja en todo el país. La provincia más afectada es Santa Fe donde se cosecharán 3,2 millones menos; seguida por Entre Ríos que perdió 1,5 millones y Córdoba con 1 millón.

La BCR proyecta ahora una producción total de 55 millones de toneladas (un 7% menos que el año pasado). Sin embargo, el informe aclaró que “existen interrogantes sobre la calidad del grano recolectado en las áreas afectadas por las inundaciones”.

De esta forma, a la fecha se cosechó un 50% del área sembrada, evidenciando un retraso del orden de los 30 puntos respecto a mediados de mayo del año pasado debido a la demora en los trabajos de recolección que causaron las inundaciones.