Los roces entre el radical Roberto Costa y el massista Jorge D’Onofrio hacen peligrar el pacto de gobernabilidad que mantienen María Eugenia Vidal y Sergio Massa en la Legislatura bonaerense.

Desde Cambiemos hablan de un “desgaste” entre los interlocutores del oficialismo y el Frente Renovador. La situación preocupa en el Ejecutivo, en donde ya habían trazado una hoja de ruta para la emergencia. Según confiaron a LPO fuentes de primera línea del gobierno de Vidal, la estrategia era que el proyecto se aprobara mañana en el Senado y en 15 días en Diputados.

En el Ejecutivo ya tomaron algunas decisiones. A corto plazo, diputados cercanos a Vidal cruzarán a la Cámara Alta para intentar negociar con el massismo y poder avanzar con la emergencia la próxima semana. En tanto, a largo plazo, se evitará que los proyectos de ley que envíe el Ejecutivo ingresen por el Senado.

Hacia afuera, tanto desde Cambiemos como desde el massismo propalan que las diferencias están en un artículo que limita los contratos en el Estado y eliminan la posibilidad de renovaciones o pases a planta permanente. Sin embargo, las diferencias de fondo son políticas y tienen que ver con una feroz pulseada por porciones de poder dentro de la poderosa Cámara Alta bonaernese. 

Roberto Costa

Si bien las diferencias entre Costa y D’Onofrio tienen ya algunos meses, en este caso, la negociación se tensó la semana pasada cuando desde Cambiemos avanzaron la emergencia firmando un despacho en la comisión de Legislación sin la firma del Frente Renovador.

La decisión de Costa de avanzar con ese despacho hizo ruido en el massismo, que pedía seguir discutiendo el proyecto, pero también en los legisladores oficialistas que veían como se avanzaba dejando de lado el acuerdo entre Vidal y Massa. “Si el proyecto no lo acompaña el massismo en el Senado, tampoco lo puede acompañar en Diputados”, dijo a LPO una fuente de Cambiemos en la Legislatura.

Todo esto ocurre ante la pasividad de Daniel Salvador que no logra contener las diferencias entre Costa y D’Onofrio. Es que las tensiones actuales son resabios de los roces que se generaron en la Cámara Alta durante la negociación de las comisiones.

El massismo reclamaba la poderosa Asuntos Constitucionales y Acuerdos, una comisión que luego de varias indefiniciones quedó para el oficialismo relegando al Frente Renovador.

Esa negociación le produjo un desgaste a D’Onofrio. Él logró asumir en el Consejo de la Magistratura, pero Hernán Albisu (el nombre que sonaba para Asuntos Constitucionales) se tuvo que conformar con la comisión de Usuarios y Consumidores.