El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, lo advirtió hace varios días. “Estamos hablando de una emergencia hídrica como hace mucho no se ve en el país”, dijo en un Seminario Ganadero para que se entienda la crisis que causaron las inundaciones.

Pero no muchos lo escucharon en medio de la guerra de celos y egos que existe dentro del Gabinete de Mauricio Macri. Por tal motivo, recién ahora, con la bronca de los productores golpeando cerca, algunos ministros lograron entender de qué se trata.

Sucede que, a diferencia de las inundaciones que se produjeron en diciembre pasado en un sector del Litoral, en esta oportunidad la seguidilla y la intensidad de las lluvias afectaron a buena parte del centro y norte del país justo en plena época de cosecha.

En febrero técnicos del Instituto del Clima y Agua del INTA -un organismo estatal-, anticiparon que en marzo y abril habría fuertes lluvias y ni aún así el gobierno reaccionó.

No era necesario tener una maestría en agrometeorología, los expertos vienen advirtiendo desde principios de abril los daños que causarían las abundantes precipitaciones. Incluso en febrero un grupo de especialistas del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar (un organismo estatal) anticparon que en marzo y abril se producirían importantes lluvias e inundaciones en las mismas zonas que hoy lo padecen.

Ahora, con las pérdidas que rondan -e incluso superarían- los u$s 3000 millones en el sector, el propio Macri tuvo que reunirse con los gobernadores de las provincias inundadas, prometer nuevas medidas para productores y recorrer los campos.

En el agro, aunque muchos no quieran confrontar directamente con el Gobierno, la mayoría coincide: La reacción de la Casa Rosada fue tardía y evidenció el mal manejo que hicieron de la crisis (el paquete de ayuda inicial de 100 millones de pesos pareció una burla por la dimensión de lo que se perdió).

Para colmo, las declaraciones del vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach, solo contribuyeron a enrarecer el clima. El economista que responde a Ernesto Sanz no tuvo mejor idea que opinar que las inundaciones aumentan el precio de la soja por la menor oferta y en consecuencia no es necesario quitarle las retenciones.

Tampoco sumó que, en la semana que pasó, en el Congreso los diputados del bloque de Cambiemos se negaran a tratar un proyecto que presentó el Frente para la Victoria (FpV) para declarar la emergencia hídrica en las provincias inundadas.

“Parece que el Gobierno tiene plata para pagarle a los fondos buitre, pero no para declarar la emergencia a los productores inundados”, apuntó a LPO, Carlos Baravalle, secretario de Coordinación de Federación Agraria (FAA).

“Cambió la política, pero sigue el olvido con los productores agropecuarios que en definitiva somos los que más divisas aportamos a la economía del país”, dijo Baravalle. “Las obras siguen pendientes y los productores no soportan más inundaciones”, agregó.

En tanto, una encuesta de un sitio especializado muestra que un 45% de los productores considera que la ayuda del Gobierno “no alcanza”; un 20% asegura que es “miserable”; un 24% responde que “me hubiera gustado más”; y solo un 11% dice que fue “óptima”.

Macri visitó este sábado un campo inundado de Rafaela.

Presidencia

Así las cosas, si bien el efecto de las inundaciones es inevitable por la falta de obras heredado de la gestión kirchnerista, en el macrismo ya hay pases de factura por la reacción desordenada frente a la crisis climática.

Algunos consideran que, por ejemplo, hubiera sido una buena oportunidad para presentar públicamente ante la sociedad un plan nacional de obras hídricas provincia por provincia con cifras concretas y plazos de ejecución estimados.

La bronca quedó expuesta en una asamblea de productores de Alicia, donde reclamaron a los funcionarios que se acercaron: Necesitamos soluciones, no nos vengan a hablar de fe y esperanza.

En este contexto, la bronca y desesperación que se vive en el campo quedó manifiesta en una asamblea que se realizó el miércoles a la noche en la localidad cordobesa de Alicia entre productores y autoridades del gobierno de Juan Schiaretti.

“Nosotros necesitamos soluciones; no que nos vengan a hablar de fe y esperanza. Tengo las 200 hectáreas de campo inundadas. ¿Qué hago? ¿Qué hacemos con el tambo? ¿Cuál es la solución?”, comenzó la productora Mariana Mio al borde de las lágrimas.

Y enseguida continuó: “Es el cuarto año que me inundo y seguimos en la misma situación. No tenemos caminos, no tenemos nada. ¿Cómo vamos a seguir produciendo? Se me quiebra la voz de la impotencia, de ver el campo y los animales abajo el agua”.