Cuando pocos imaginaban que “El Niño” podía generar más daños del que hizo el año pasado, los últimos coletazos del fenómeno climático están causando graves problemas en la producción agrícola en varias regiones del centro y norte del país.

Es que -si bien ahora no hubo temporales que provoquen destrozos- sí se vienen registrando una serie de lluvias intensas durante los últimos días de marzo y lo que va de abril que amenazan la supercosecha gruesa y los dólares que espera el Gobierno.

El momento no podía ser peor: en diversas zonas de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, los productores ni siquiera pudieron comenzar los trabajos de cosecha por los anegamientos que provocaron las lluvias.

Según conversaciones que tuvo La Política Online con productores de distintas regiones afectadas por las lluvias, solo algunos afortunados pudieron aprovechar los pocos días de sol que hubo en las últimas semanas para comenzar la recolección de soja y maíz.

En los lugares donde en los últimos días dejó de llover por algunas horas, enseguida volvió el mal tiempo provocando excesos hídricos, embalses llenos, cuencas saturadas y caminos rurales intransitables que impidieron la entrada de maquinaria a los lotes.

Para colmo, los pronósticos no son alentadores. Los meteorólogos proyectan nuevas lluvias durante las próximas semanas que harán subir el nivel del río Paraná que ya se encuentra por encima de los caudales normales en algunas localidades productivas.

En diálogo con LPO, Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN), dijo que, lamentablemente, “a diferencia de otros eventos climáticos similares, este Niño tuvo un pico más prolongado que otros años”.

“Hay que estar atentos a las alertas hidrológicas y al riesgo hídrico de la Cuenca del Plata, en especial aquellos productores en zonas bajas o de islas” que son los primeros en sufrir las consecuencias del desborde de los ríos, recomendó el especialista.

En tanto, según pudo saber este medio, el fin de semana pasado en la localidad correntina de Esquina falleció ahogado un productor agropecuario mientras realizaba trabajos en un campo en medio de una fuerte tormenta.

Juan Sablich, director del Centro Regional Corrientes del INTA, comentó que en este último mes “el río Paraná bajó un poco y dejó de estar en el nivel de evacuación, lo que hace que las zonas costeras se encuentren mejor”.

Por su parte, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, mandó a su jefe de Gabinete, Guillermo “Willy” Bernaudo, a la provincia de Entre Ríos para recorrer las zonas inundadas y ofrecer ayuda a los productores afectados.

“Las cuencas de Guayquiraró, Feliciano y Gualeguay se han desbordado por las lluvias de la semana pasada”, informó el funcionario. “Vamos a trabajar con Desarrollo Social y otros Ministerios para brindar la ayuda que haga falta”, agregó Bernaudo.

En este sentido, Buryaile y sus colaboradores recibirán este martes al ministro de la Producción entrerriano, Carlos Schepens, para aportar las herramientas necesarias con el objetivo que los productores puedan enfrentar y solucionar la situación.

Asimismo, en las zonas costeras al Paraná en Santa Fe el panorama es grave por la caída de 700 milímetros. “Estamos preocupados porque no sabemos si se podrá tolerar el pico de crecida previsto para mediados de abril”, dijo Jorge Pene, del INTA San Javier.

Buryaile con funcionarios de provincias afectadas por las lluvias 

Algo similar sucede en Córdoba, donde según el director del Centro Regional del INTA, Eduardo Martellotto, “el escenario es muy grave con cultivos anegados, rutas cortadas y caminos rurales intransitables; no existe solución técnica a esta coyuntura climática”.

Pérdidas incalculables

En este contexto, por el momento en la Casa Rosada no se animan a cuantificar las perdidas provocadas a la producción agropecuaria por estas lluvias. “Sabemos que los daños son grandes, pero es aventurado sacar conclusiones ahora”, confesó un técnico.

Lo concreto es que en el Gobierno miran con preocupación la situación dado que se esperaba que las cosechas de soja y maíz (previstas en 58 y 25 millones de toneladas respectivamente) aporten divisas para sortear la crisis cambiaria.

Un informe del Banco Ciudad estimó que las exportaciones del complejo sojero podrían alcanzar los u$s 18.100 millones, de los cuales u$s 6200 millones se concentrarían en los próximos tres meses (el Gobierno recaudaría u$s 5000 millones solo en retenciones).

Como sea, en el Mercado de Chicago (CBOT) parecieran haber tomado nota de la situación climática en la Argentina dado que la soja disponible superó los 340 dólares por tonelada, mientras que los precios futuros llegaron hasta los 346 dólares.

En el mercado de hacienda Liniers, por su lado, las lluvias vienen afectando los ingresos de animales (muchos productores se vieron imposibilitados de retirarlos de los campos) por lo que los frigoríficos aumentaron levemente los precios pagados.

Así las cosas, todos estos temas se analizarán a fondo el miércoles 20 de abril en el INTA Oliveros -Santa Fe- en una Jornada de Malezas que organiza Agroindustria y que contará con la presencia de Ricardo Buryaile, Ricky Negri y Amadeo Nicora, entre otros.