Martiniano Molina fue el más duro de los nuevos intendentes PRO en su discurso de apertura de sesiones dentro de los distritos del conurbano, tal vez para mostrar un poco de autoridad luego del traspié que le provocó la confusión por El Pozo de Quilmes en pleno 24 de marzo.
El chef habló de la “pesada herencia” de Francisco “Barba” Gutiérrez y dijo que estudia llevar al ex intendente a la Justicia en caso de que lo encuentre involucrado en algunas de las causas que circulan hacia adentro en la gestión quilmeña.
“La primera decisión que tome fue ordenar una auditoria interna para tomar contacto con la gestión anterior y detectar irregularidades y actuar con la ley si es necesario”, dijo Molina en uno de los tramos de su exposición ante los concejales.
El intendente también apuntó a ex funcionarios del distrito, pegados a irregularidades en la gestión. Y sostuvo que encontró “298 causas judiciales existentes”, de las cuales en “171 carpetas no se encontraron carpetas”. En ese mismo sentido, denunció que hay faltantes de materiales y vehículos, y “1118 habilitaciones comerciales que no había terminado el círculo administrativo”.
Otro intendente que marcó su diferencia con la gestión K anterior fue Ramiro Tagliaferro, en Morón.
“Recibimos una Administración con gravísimos problemas económicos, administrativos y financieros. La deuda total consolidada, que al 10 de Diciembre de 2015 era de 60 millones de pesos, se triplicó en 20 días y terminamos el año endeudados en 180 millones. Esto tiene una sola explicación: se cortaron los pagos durante la campaña electoral y se obligó a la mayoría de los proveedores a presentar las Facturas por los servicios prestados en esta etapa después del 10 de Diciembre. Esto no es transparencia”, disparó el ex marido de María Eugenia Vidal.
Con relación al sistema de compras y contrataciones, Tagliaferró aseguró que “se caracterizaba por una dispersión incompatible con la eficiencia. Durante los últimos 4 años el 90% de las operaciones de compra realizadas por la Municipalidad se hicieron de manera directa, sin licitación. Esto tampoco es transparencia”.
En cambio, en Tres de Febrero, Diego Valenzuela pronunció un extenso discurso en el que no ahondó en las irregularidades de Hugo Curto, el metalúrgico que gobernó por más de veinte años el distrito.
En Lanus, Nestor Grindetti también abogó por un diagnóstico más hacia adelante que con la mirada posada en la gestión anterior. Aunque el intendente señaló que "basta con ver cómo están las calles, la seguridad y el estado del espacio público para ver cómo nos dejaron el distrito".
Sí hizo referencia a las condiciones en las que trabajan los municipales del distritos del sur. “Nos sorprendió cómo lo encontramos hacia adentro, la desmotivación de los trabajadores. La falta de una organización municipal, sin reglas y sin convenio, y el crítico estado edilicio", expresó una fuente del municipio.
En Pilar, en tanto, Nicolás Ducoté también eligió una apertura de sesiones sin demasiado choque. Realizó una apertura bastante “light”, aseguró un dirigente local, aunque avisó que esperará por la entrada de la rendición de cuentas de 2015.
En ese sentido, desde la municipalidad señalaron a este medio que "la deuda que Humberto Zúccaro admite haber dejado es de 180 millones de pesos, cuando nosotros encontramos 330 millones. Eso se divide 276 millones documentados, blanqueados. Mientras que hay más de 160 millones de deuda de los cuales no hay registro”.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.