Mauricio Macri incumplió la Constitución nacional al viajar al exterior del país sin autorización del Congreso, como exige el artículo 99 de la carta magna.

Lo más sorprendente es que el presidente no tuvo ni un asesor que le avisara de la falta y Federico Pinedo se enteró en medio de una sesión del Senado, ante la advertencia del salteño Juan Carlos Romero.

“Sería bueno que usted, señor presidente, procure que se cumpla con esa obligación de remitir el pedido de autorización. El presidente de la Nación ya ha hecho varios viajes al exterior”, inquirió el senador del interbloque federal.

Romero recordó que en la última sesión del año cada Cámara del Congreso acostumbra a habilitar a los presidentes a salir del país. No hay antecedentes de que alguien se resista.

En diciembre 2010, cuando la oposición prevalecía en ambas Cámaras, los jefes de bloque FvP aprovechaban largas sesiones para pedir de improviso el aval a los viajes de Cristina para 2011. A la presidenta no se le ocurrió pasar por alto esa obligación.

Pero Macri nunca leyó el inciso 18 del artículo 99 de la Constitución, dedicado a las atribuciones del Poder Ejecutivo. 18. “Puede ausentarse del territorio de la Nación, con permiso del Congreso. En el receso de éste, sólo podrá hacerlo sin licencia por razones justificadas de servicio público”.

Podría interpretarse que el presidente había esperado marzo para pedir la autorización, con la excusa del receso parlamentario. No fue así: Pinedo confesó en la sesión que jamás alguien del Gobierno le había mencionado el tema.

“Vamos a analizar el tema. No se puede aprobar por moción. Hay que hacer un proyecto de ley”, confesó el presidente provisional, tras una rápida consulta a sus asesores.

“Respaldo lo que acaba de decir el senador Romero. Es el propio Poder Ejecutivo el que envía el pedido de autorización para salir del país y es de forma que el Congreso lo autorice, que el Senado lo autorice”, completó Miguel Pichetto, jefe del bloque FpV. “Por supuesto”, aceptó Pinedo. Y fue a llamar a Macri.