El discurso de Alfredo Cornejo apenas asumido como gobernador de Mendoza, advertía que la situación financiera de la provincia era “muy grave” y que salir de ella iba a ser “doloroso” y tendría "altos costos".
Así, comenzaron los despidos en el Estado mendocinos -unos 1.000 a la fecha- y se largó la paritaria con los docentes imponiendo un ítem controversial: el ítem aula. Se trata de un reconocimiento a los maestros que no falten a dar clases y deja de lado a los delegados gremiales, aunque tengan asistencia perfecta.
El SUTE rechazó este ítem, acusando al Gobierno se perseguir al gremio y de “presionar” a los docentes. No obstante, Cornejo es intransigente respecto a este punto y amenazó esta semana con sacar por decreto el aumento y dar por finalizada la negociación.
Por el lado de ATE, además de los cruces en la Vendimia, cuando la dirigente Raquel Blas insultó al ministro de Interior, Rogelio Frigerio y a funcionarios provinciales –algunos respondieron–, este domingo en el Hipódromo, se produjo un hecho lamentable. Dirigentes gremiales que realizaban una protesta fueron salvajemente golpeados, según ellos, por una patota relacionada a los radicales, mientras que el Gobierno indicó que se trató de “gente común que se hartó de la violencia de ATE”.
El secreatrio Genetral de ATE nacional, Hugo “Cachorro” Godoy, acusó directamente a Cornejo por el ataque “cuando dirigentes de nuestro sindicato estaban realizando una actividad de difusión, una patota salió del interior del Casino con cánticos que se identificaban con el gobernador Cornejo y agredieron con puños y patadas a tres compañeros, entre ellos el Secretario General de ATE Mendoza, Roberto Macho, que terminaron con serias heridas y fracturas”, afirmó el sindicalista.
A esto, se sumaron dos medidas que el Gobierno publicó en el Boletín Oficial: por un lado, la adopción de un estricto sistema de marcación horaria para todos los empleados del sistema de salud, y por el otro, les dio un plazo a todos los policías que están en edad de jubilarse para completar los trámites que tengan pendientes.
Con todo, la situación despertó preocupación en la Iglesia católica mendocina, que a través del vocero del Arzobispado, el padre Marcelo De Benedictis, pidió que “los conflictos de la democracia se resuelvan a través del diálogo y no del enfrentamiento” y añadió que “como sociedad estamos viendo luchas que no queremos que se den”.
En ese sentido, afirmó que “la calma” debe primar en Mendoza que “es un lugar de paz, no de violencia”.
