El peronismo porteño comenzó a reunirse en todas las comunas de la Ciudad para reconstruir el partido luego de la múltiple derrota del año pasado y ya planea internas para la segunda mitad de 2016.

El actual presidente del PJ porteño, Víctor Santa María, pidió días atrás a todos los sectores del peronismo de la Ciudad que se mantuviera la “unidad”. Esto fue entendido como un pedido de no aislar a La Cámpora, que integra parte de la estructura del partido desde las últimas internas de 2014.

Sin embargo, en las reuniones que se realizan en las comunas –hoy se reúnen en Cruz y Cañada de Gómez, en Villa Riachuelo-, las “bases” no ocultan su bronca con “la orga” creada por Máximo Kirchner, que en la Ciudad viene presentando las cabezas de lista desde hace años y no paró de acumular derrotas.

Por esta razón, la agrupación Unidos y Organizados, que aglutina a los diversos sectores del kirchnerismo, comenzó un proceso de pejotización y su eje de conducción dejó de estar en manos de La Cámpora, que para colmo tiene su propia interna histórica entre Andrés “Cuervo” Larroque, Juan Cabandié y Mariano Recalde por ver quién conduce el distrito.

En ese sentido, más allá de la intención de Santa María de mantener la unidad, los peronistas tradicionales quieren desplazar a La Cámpora del PJ y colocar otro presidente perteneciente al PJ. Por esa razón, dos de los anotados para las internas de septiembre provienen del sindicalismo, como el actual presidente. Ellos son Omar Viviani, líder de los taxistas, y Andrés Rodríguez, número uno de UPCN que ya supo ser el titular del PJ de la Ciudad.

Aunque en varios sectores del PJ piensan en un candidato que una todas las partes y en ese sentido se menciona a Jorge Taiana, quien hoy se desempeña como presidente del Parlsaur.

Los camporistas, sin embargo, analizan presentar su propio candidato. Quien ya avisó que competiría en internas es Recalde, que confía en una bendición de Cristina Kirchner para imponerse a sus rivales.

“La líder está viva”, entusiasma Recalde a sus compañeros para diferenciar al kirchnerismo actual del peronismo huérfano del ’83 y del ’99, cuando el PJ debió ser oposición.

Pero en su fuero íntimo el ex titular de Aerolíneas sabe que no puede ser la figura que reconstruya al peronismo porteño, justamente porque fue el último candidato del espacio a jefe de gobierno y salió tercero.