El acuerdo con holdouts y la toma de deuda externa será el primer punto de discordia entre el Frente para la Victoria y el bloque peronista, creado ayer con el apoyo de cuatro gobernadores y sindicatos.

El kirchnerismo, que es el núcleo duro del FpV, aprovechó la diáspora para anunciar hoy que no le facilitarán a Macri las leyes que necesita para salir a los mercados.

Para cerrar con los fondos buitre y refrendar la cancelación a los bonistas italianos el presidente requiere que el Congreso, por mayoría simple, levante la ley cerrojo, que impide negociar con acreedores en mejores términos que los fijados en los dos canjes de deuda.

También necesita desechar la ley “de pago soberano”, un invento de Carlos Zannini tras el default técnico de 2014 para mostrar voluntad de cancelar los pasivos en el país, ante la imposibilidad de depositar fondos en New York.

Con los 15 del FpV que cruzaron de vereda, Macri puede soñar en alcanzar los 129 necesarios para el quórum sin depender a todo o nada de Sergio Massa. Sobre todo si le agrega el interbloque de puntaos y ex massistas que lo visitaron en la Casa Rosada.

Para evitar el mote de aliados, los referentes del nuevo bloque peronista repitieron donde pudieron que seguirán siendo opositores. “Seguramente el 90% de los temas los votaremos con el FpV”, aventuró ante LPO el salteño Javier David, uno de los fugados.

Los kirchneristas ponen el foco en la deuda, con la certeza de que las leyes que pida Macri pueden salir con comodidad si no se sientan en sus bancas.

“Desde diciembre el macrismo viene insistiendo en el intento de reunir diputados de otro lugar y en nuestro bloque lograron que un grupo de doce diputados se vayan del FPV para ser absolutamente funcionales a su estrategia de votar el endeudamiento y el acuerdo con los holdouts”, denunció Teresa García, secretaria parlamentaria del bloque.

Un discurso similar improvisó ayer Jorge Capitanich en el Consejo del PJ, ante la mirada de gobernadores, que recordaban su apuesta a cerrar con los buitres en 2014, boicoteada por Axel Kicillof.

Como explicó LPO, la oferta de Macri a los gobernadores es que habiliten un acuerdo con los holdouts y nuevas tomas de deuda externa, con la promesa de habilitarles pasivos en sus provincias.

Un crimen para el kirchnerismo, enemigo de las andanzas por Wall Street. “Macri le niega fondos a los gobernadores y les dice que sólo podrán tomar deuda”, contó en tono de denuncia Kicillof, en una conferencia de prensa convocada para repudiar el aumento de coparticipación a Capital Federal.

Lo que no aclaró es que los gobernadores que él ignoró cuando le pedían ayuda para las economías regionales, no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad de hacer entrar divisas a sus arcas. Y ahora hay un bloque peronista dispuesto a ayudarlos.

El tema deuda será uno de los primeros del Congreso cuando reabra el 1 de marzo, porque difícilmente Macri quiere esperar. El kirchnerismo lo está esperando y los gobernadores también. Aunque por motivos distintos.