La bronca en el gobierno hacia el administrador de los medios públicos, Hernán Lombardi, creció ayer de manera exponencial, cuando el empresario Cristóbal López aprovechó su demora en actuar y hizo lo obvio: Anunció que levantará el programa 6,7,8 que produce su productora.

LPO había anticipado que en la Casa Rosada había estupefacción porque Lombardi lejos de meter mano en los medios oficiales para profesionalizarlos, mantenía en los puestos de conducción a los gerentes de La Cámpora y en algunos casos hasta permitía que se prorrogaran los contratos para ya entrado el año que viene.

El caso más emblemático era 6,7,8, el lamentable ciclo utilizado durante años por el ultrakirchnerismo para atacar a opositores, empresarios, periodistas independientes, jueces y todo aquel que no se subordinara a los deseos de Cristina Kirchner.

Este programa alcanzó niveles de extravagancia inéditos a nivel mundial al mantener desde la TV Pública una línea de ataque frontal al presidente Mauricio Macri, aún después de asumido. El apoteosis de ese disparate se vio el día de la escuálida marcha camporista al Congreso para pedir que se mantenga la ley de medios, cuando desde la concentración fueron al estudio Hebe de Bonafini y Martín Sabbatella a despotricar contra Macri, que todavía no logró remover del AFSCA al kirchnerista, para que asuma Miguel de Godoy.

Macri recibió a Cristóbal López luego de la primera vuelta y le dijo que si quería tener un gesto moderara la línea agresiva de C5N.

Ayer, luego que LPO revelara que tanto la TV Pública como Télam –dispositivos neurálgicos del ataque mediático k- seguían en manos camporistas, Lombardi intentó en varios tuis excusarse, apelando a generalidades sobre la pluralidad y la supuesta necesidad de ir produciendo cambios de a poco.

Hábil, Cristóbal López tuvo más reflejos que el funcionario macrista e hizo lo obvio: Anunció que su productora Pensado para Televisión (PPT), removerá de la pantalla estatal el ciclo inventado por Diego Gvirtz, un beneficiado con cientos de millones de pauta oficial durante la era k.

La falta de sentido común de Lombardi le produjo a Macri un daño grave en la pulseada que mantiene hace meses con el empresario del juego, al que ahora debe un favor importante.

Tironeos

Macri se reunió con Cristóbal López luego de la primera vuelta por pedido del empresario, que hasta entonces venía jugando muy fuerte a Daniel Scioli. Lo recibió y la charla fue seca. El ahora presidente le pidió que haga “un gesto” y empiece a moderar a sus periodistas que sobre todo desde C5N desplegaban una línea editorial de franco ataque a Cambiemos y sobre todo al propio Macri.

El empresario le pidió tiempo para ir moderando su postura editorial. Fue el primer paso para tratar de recomponer una relación que se había lastimado mucho cuando antes de al primera vuelta Cristóbal López se peleó mal con Nicolás Caputo, su habitual interlocutor con el PRO.

Macri ratificó entonces una instrucción que en rigor ya venía desde que empezó a crearse la alianza con Lilita Carrió y Ernesto Sanz, no se iban a aceptar mas aportes de campaña del dueño del Grupo Indalo.

La tensión sigue hasta hoy. En el Gobierno e sun tema muy delicado que cruza a las tres jurisdicciones –Nación, Ciudad y Provincia- por los intereses en el juego de Cristóbal López y en otras actividades.

Se habla de múltiples alternativas –desinversiones parciales, entrada de nuevos socios-, ninguna definida porque hay una negociación en curso.

Cristóbal por su parte ejerce un juego típico de presión y acuerdo que mezcla señales de sumar medios kirchneristas en crisis para ampliar sus espaldas en la negociación a ensayar una moderación de los que tiene y concentrarse en otros negocios.

En ese marco, la jugada de ayer lo puso en una posición de ventaja, frente a un gobierno que por culpa de Lombardi ahora le debe un favor importante.