Hernán Lombardi no sabe qué hacer con Télam y por ahora dejará a La Cámpora al mando la agencia estatal que el kirchnerismo convirtió en una de sus principales armas de comunicación del denominado “relato”.
El titular del Sistema de Medios Públicos se reunió esta semana con el director de Télam, el camporista Fabián “Conu” Rodríguez.
Lombardi le cuestionó la línea editorial antimacrista y le pidió que se controlen y respeten al nuevo gobierno, un curioso pedido a un militante de la misma “orga” que marchó al Congreso contra Mauricio Macri a una semana de su asunción.
Pese al reproche por la línea editorial, que el “Conu” ya insinuó en la agencia que no va a cambiar, el funcionario macrista le pidió que se quede “por un tiempo más” y que recién en enero habría cambios.
A pesar de la resistencia camporista, muchos miembros del plantel profesional están entusiasmados con la idea esbozada por Lombardi de reprofesionalizar la agencia.
El ex Grupo Sushi, sin embargo, todavía no encontró una figura para manejar la gigantesca agencia que tiene más de mil empleados. El jefe de gabinete, Marcos Peña, le propuso por lo pronto el nombre de un amigo suyo, periodista de La Nación, para hacerse cargo.
Descontrol en la TV
El otro flanco que tiene abierto Lombardi es el de la TV Pública, donde le siguen pegando a Macri como si no hubiera terminado el mandato de Cristina Kirchner.
Anoche, por ejemplo, Martín Sabbatella, Hebe de Bonafini y otras figuras del kirchnerismo más fanático asistieron al programa 678, que no cambió su línea editorial y se convirtió en el cuartel general de la resistencia de la ex presidenta.
Allí, recién llegados de la marcha al Congreso para pedir que Macri no toque la Ley de Medios, los kirchneristas pidieron al continuidad de 678. La más enfática fue Hebe, que dijo que “hay que defenderlo a capa de espada, sea acá o en la plaza”.
Lombardi, que le habría ofrecido la gerencia de la TV pública a Mariano Chiade –productor y pareja de Mariana Fabbiani- y a Martín Seefeld –ex de Raquel Mancini-, aún no pudo hacerse aún del control de la politizada televisión estatal.
En ese sentido, a los empleados los empezaron a llamar para renovar los contratos con miras a la programación de la temporada 2016.
De esta manera, una vez renovados los contratos, Lombardi se vería ante la encrucijada de echarlos y pagarles indemnización.
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Está regalando promoción a la horda k que se siente fuerte porque en ,los medios, el PRO no pone en juego lo que hay que poner
El pueblo trabajador está cansado de pagar sueldos y regalar promoción a personajes nefastos, por qué no se interviene el canal oficial , que pagamos todos?
Nos q
¿Se viene la persecución ideológica? ¿Y después qué, van a reclamar una limpieza étnica? Esta no es la Argentina democrática y republicana, este no es el país del siglo XXI que queremos.
En democracia los medievalistas, macartistas, golpistas y otros anacrónicos no tienen lugar.
¿Así que "comienzan los incidentes graves"? Vayan agiornándose a la época que vivimos, DINOSAURIOS!!!
Mauricio hablá con este tipo pro favor.
Los trabajadores de carrera de Canal 7 comenzaron esta semana con poca tolerancia a esta situación. Fueron ninguneados durante muchos años por la militancia periodística y ahora que podrían estar resolviendo varias situaciones de postergación laboral, nadie asume en el gobierno que la emisora no le corresponde más a los camporistas.
Hay mucha bronca contenida que se puede disparar mal si el gobierno entrante no asume sacar del aire a estos predicadores del odio. Si tienen auspiciantes para ir a un canal privado, es cosa de ellos. Pero regalarle al enemigo la pantalla oficial es tan demencial como suicida.
Se habla hasta de una posible intromisión en el Canal 7, por la fuerza, de un grupo que alguna vez tuvo que ver con la emisora.
Un interventor de la entonces ATC en la época de Carlos Menem -Horacio Frega- tendría listos un par de tipos pesados integrantes de la barra de Platense para ingresar a la emisora por las malas o por las peores.
Si el gobierno sigue de brazos cruzados, puede haber problemas en Av. Libertador. Problemas graves.
Jorge D. Boimvaser