El camporista Santiago Carreras atravesó una mañana difícil. Un día de esos oscuros en el que propios y ajenos le hicieron sentir el rigor del fin de ciclo kirchnerista. El senador se lanzó hoy en una jugada arriesgada: avanzar en soledad con la designación express de 126 jueces, muchos de esos de La Cámpora.

Pero todo fracasó y los mismos senadores kirchneristas le hicieron el vacío dentro de la comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos. Fue un papelón como hacía mucho tiempo no se veía. Carreras hizo venir a La Plata a los 126 funcionarios judiciales -algunos incluso habían viajado más de 700 kilómetros- que durante horas esperaron en el hall del Senado mientras el senador camporista, desesperado, intentaba reunir a la comisión .

Sólo uno llegó: el kirchnerista Jorge Ruesga.

La jugada de Carreras era compleja: tenía que traer los 126 funcionarios y entrevistarlos en la Legislatura. A un cálculo simple, si se planteaban entrevistas de sólo 20 minutos hubiesen tardado 42 horas. Imposible.

Su jugada era que todo quedara aprobado en la comisión para llevar esos pliegos el jueves al recinto a la última sesión ordinaria. Sin embargo, no tuvo el respaldo ni siquiera de otros senadores de La Cámpora que integran la comisión.

Se trataba de una tanda de magistrados que Ricardo Casal envió al Senado hace un par de meses, cuando pocos creían en una victoria de la candidata de Cambiemos. El massista Sebastián Galmarini había denunciado que se trataba de fiscales y defensores. En el caso del departamento de Avellaneda-Lanús había siete camaristas y seis fiscales generales, casi todos pertenecientes a Justicia Legítima y enviados por el ex Secretario de Justicia de la Nación Julián Alvarez. Quien presionó a Carreras y lo dejó expuesto en una maniobra autodestructiva fue Carlos Zannini.

Según pudo saber LPO, Carreras sabía que no tenía quórum en la comisión, pero buscó presionar a los propios con la presencia de los 126 funcionarios. Pero nadie cedió y algunos senadores que integran Asuntos Constitucionales rondaron la Legislatura pero se negaron a acercarse al salón donde se intentó constituir la comisión.

Más tarde, decidieron llevar a los 126 funcionarios que esperaban furiosos al salón de los Escudos. El propio Carreras clamó a los presidentes de bloque para que lo apoyen en una salida decorosa.

Así, varios senadores bajaron de sus despachos y acompañaron a Carreras en una reunión con los funcionarios que buscó calmar los ánimos, explicar la coyuntura política y reconocer que ahora deberá ser la nueva conformación de la Legislatura la que resolverá el destino de cada uno de ellos.