Francisco Cabrera deberá
lidiar con uno de los procesos más económicos más delicados del cambio de
modelo que enfrenta la Argentina: El paso de un sistema de precios
“administrados” a libres, bajo la lógica del mercado. De la habilidad con que
transite esa senda, dependerá que tanto se dispare la inflación. O sea, un
asunto de estricta gobernabilidad. Nada menos.
El actual ministro de Desarrollo Económico porteño y designado titular de la flamante cartera de Desarrollo Productivo concentrará las estructuras del Ministerio de Industria y la crítica Secretaría de Comercio Interior que dirige Augsto Costa.
En esta última dependencia se administra el programa "Precios Cuidados" que Cabrera prometió en declaraciones radiales, continuará "al menos seis meses".
El problema es que por más que continúe formalmente ese programa, sin el poder de policía formal y sobre todo informal que aplicó el kirchnerismo a las empresas, no tiene mayor sentido. Lo curioso es que en el entorno de Cabrera reconocieron que el futuro ministro “es crítico” de la política de control de precios y su consecuente presión a los empresarios.
De hecho, en las multinacionales de productos de consumo masivo como Unilever y Kimberly Clark, preparan un aumento para después del 10 de diciembre en los productos premium que utiliza la clase media alta para arriba, que podría llegar al 60 por ciento, confirmaron a LPO fuentes de la industria.
Cambio de modelo
El economista Ariel Coremberg, consultado por LPO, anticipa que, aunque no ve motivos para dejar el programa Precios Cuidados, el impacto de su desarticulación en el mediano plazo sobre los precios no sería tan acentuado como puede temerse en función de otras experiencias históricas.
“Este programa no es de control de precios, no tiene el enforcement de otros programas como el Plan Austral o el plan de precios del peronismo”, afirmó a LPO. En esos programas los precios fueron fijados para todos los bienes de la economía o en una amplísima canasta “como en el congelamiento de precios mayoristas de la Convertibilidad que impuso Cavallo”, recordó el economista.
En su opinión, de haber sido el programa Precios Cuidados un verdadero control de precios el mercado hubiese ajustado por cantidades y generado escasez como en el caso venezolano. “No hubo racionamiento, y esa es la mejor muestra de que el supuesto control de precios no fue tal”, afirmó.
Además, subrayó que muchas de las empresas que entraron en el acuerdo, acordaron un precio en los segmentos más bajos de sus líneas de producto. “Lo que pierden de markup en un producto, lo recuperan subiendo el mark up en los otros”, agregó.
Y estimó que de haberse cerrado la economía estrictamente, se hubiesen creado verdaderos monopolios. “Hoy los números se contrajeron, pero en 2012 la economía en términos de importaciones estaba más abierta que en lo mejor de los noventa”, subrayó Coremberg.
En este sentido tranquilizó a los que temen que las nuevas políticas de libertad de precios promuevan un alza de la inflación. “Este Estado perdió la capacidad de administrar precios”, sentenció terminante, sobre la última experiencia del kirchnerismo en la materia.
“Lo que genera monopolio es que se cierre la economía”, explicó Coremberg y agregó que en un contexto recesivo como el actual lo que da lugar a la suba de precios no es la demanda sino la suba de los costos: “La inflación que estamos atravesando es de costos monetarios fiscales. La culpa de la inflación no son los salarios, estos solo son un mecanismo de transmisión de los altísimos costos fiscales”, concluyó.
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Justamente eso es lo bueno, que no genero escasez. Ojala dejen ese programa para amortiguar cualquier alza repentina en los precios.