Alfredo Cornejo está en una disyuntiva: por un lado quiere que el gobierno de Paco Pérez termine lo antes posible para iniciar el suyo, pero por otro no quiere que el peronista deje la Casa de Gobierno sin haber pagado hasta el último sueldo de noviembre.

Por ahora, es todo una gran incógnita en Mendoza. Pérez no tiene los fondos suficientes para, este lunes, depositar el total de los sueldos (unos 1.200 millones de pesos), lo que derivará en un pago escalonado, por lo que Cornejo deberá hacerse cargo, el 9 de diciembre, de los haberes que falte depositar.

Apenas 11 días después, ya con Cornejo como gobernador, deberá pagar el aguinaldo, y a los pocos días los sueldos de diciembre. “Todavía no tenemos los fondos, esperemos que el Gobierno actual cumpla para poder después responder nosotros”, dijo este miércoles, y calculó que necesitará “un crédito de unos 1.800 millones de pesos” para terminar el año sin problemas con los estatales.

Cornejo apuesta a un crédito blando, muy blando en realidad, del Banco Nación una vez en manos del macrismo. Quiere los 1.800 millones de pesos a una tasa muy baja. “Espero que el 11 de diciembre tengamos una autoridad en el Banco Nación para hablar de las urgencias y de la refinanciación”, dijo.

Cornejo considera, según cuenta en su círculo íntimo, que no habrá problemas en conseguir esos fondos. Saca chapa de la muy buena relación que lo une a Mauricio Macri, y especula con ser, junto a Julio Cobos (o pese a Cobos), el interlocutor de Macri con la UCR, tras la salida de escena de Ernesto Sanz.

Respecto al déficit que dejará Paco Pérez, para Cornejo será de unos 8.500 millones de pesos, teniendo en cuenta que las deudas con proveedores del Estado no hacen más que crecer desde al menos mitad de año.