Con palabras pausadas y algunos silencios, por momentos monocorde, Daniel Scioli reconoció la derrota en el primer ballotage presidencial del país. “Acabo de saludar telefónicamente a Mauricio Macri a quien felicité por su triunfo”, reconoció el candidato del kirchnerismo.

En el bunker oficialista emplazado en el hotel NH Bolívar, flanqueado por Karina Rabolini y Carlos Zannini, Scioli aseguró que durante la campaña electoral dio “lo mejor de sí" y reconoció que el país eligió "la alternancia".

"He dado lo mejor de mí como he hecho en cada cosa que encaré en mi vida”, dijo el Gobernador bonaerense. Detrás sus principales ministros lo escudaban con rostros de tristeza.

"Con mucha pasión propusimos lo que considerábamos mejor para el país", dijo, y reconoció la victoria electoral del candidato del frente Cambiemos, Mauricio Macri, ya que "con más del 60 por ciento de los votos, el país ha elegido la alternancia".

Lo notable fue que aún en la derrota, Scioli eligió seguir defendiendo el modelo kirchnerista y como si la campaña prosiguiera repitió cada uno de los ítems que recitaba días atrás, en un discurso acaso demasiado largo y previsible para una derrota.

 Aseguró así que buscará “desde donde sea defender coherentemente un ideal, un proyecto de país que comenzó hace 12 años. Esa será nuestra responsabilidad a partir del 10 de diciembre, cuidar, buscar influir para que las cosas vayan cada vez mejor y pensar en nuestra patria que es lo más importante", aseguró, otorgándose una sobrevida política que en el peronismo no está para nada garantizada.

Como reveló LPO, Juan Manuel Urtubey y Jorge Capitanich, ya quieren probarse el traje de reconstructores del peronismo, en un movimiento que exige dos sacrificios: Scioli y La Cámpora, que tienen todos los boletos para ser beneficiados con el título de padres de la derrota.

Luego de ensayar su última defensa importante del modelo kirchnerista, Scioli buscó recuperar su estilo conciliador previo a la fracasada campaña del miedo y prometió que "a partir de mañana" estará "colaborando con su sucesora, María Eugenia Vidal.

Si bien no mostró enojo, como si expresó apenas unas horas atrás cuando Macri le envió un emisario para acercar posiciones, tampoco se permitió alguna autocrítica. Lejos de eso gastó buena parte de la atención que su discurso concitó, para ensayar las mismas gastadas defensas de las políticas de los 12 años de gobierno kirchenristas.