Estuvo sentado en la mesa del poder en el último cuarto de siglo y tiene una palabra de peso en el gremialismo peronista. Fue uno de los que fomentó –en el inicio del gobierno kirchnerista- un triunvirato de unidad y hoy dice que es imprescindible dejar de lado las divisiones a partir del 10 de diciembre. Con un pasado en el que se hilvanan José Ignacio Rucci, la renovación peronista, el menemismo y el kirchnerismo, Lingeri está al frente del sindicato de Obras Sanitarias desde 1986 y lleva 9 años como director de la restatizada AYSA. En la antesala de las elecciones, respalda a Daniel Scioli como candidato pero cuestiona a la Presidenta por haber clausurado el dialogo con la CGT y traza una línea que dibuja un horizonte común para el próximo presidente, sea quien sea. “El gobierno que asuma va a tener cuatro o seis meses de cheque en blanco y después le vamos a ver la patas a la sota”, afirma.

¿Cuál es la etapa que empieza a partir del lunes –gane quien gane- para el sindicalismo peronista?

Yo soy uno de los que hace un año viene hablando de la unidad del movimiento obrero. El miércoles pasado estuve reunido con Hugo Moyano y le dije “Hugo, tenemos que hacer un acuerdo antes del 22: gane quien gane, nosotros debemos asumir el compromiso de llevar adelante la unidad del movimiento obrero”. No concibo que, con la madurez y el trabajo a nivel sindical y político que hay en Argentina, no tengamos la capacidad de unirnos, pero no los trabajadores que están unidos: los que tenemos problemas somos los dirigentes y a veces por cuestiones personales que perjudican el conjunto. Tengo confianza en que vamos a trabajar en ese sentido y vamos a monitorear al próximo presidente gane quien gane, sea Scioli o sea Macri.

Los sindicalistas tenemos que unirnos y monitorear al próximo presidente, sea Scioli o Macri.

¿Cuál es la agenda que le van a plantear al próximo presidente?

La defensa de la fuente de trabajo, el poder adquisitivo, la erradicación del trabajo en negro, de la precariedad laboral, del Impuesto a las Ganancias, el sistema de obras sociales. Tanto una CGT como la otra lo hemos planteado, unos con paros -que tampoco tuvieron la respuesta esperada- y nosotros también, aunque nos hacen aparecer como dirigentes oficialistas. Nuestra CGT hace un año que no tiene, en forma orgánica, ningún contacto con la Presidenta. Es un despropósito que no haya habido un diálogo con el movimiento obrero porque es la única forma de gobernar en forma armónica. La señora Presidenta sabrá por qué ha decidido aislar al movimiento obrero y negarle una charla constructiva para intercambiar ideas. Nos toca verla nada más que por televisión en cadena nacional.

¿Qué se rompió en los últimos años?

Néstor Kirchner fue para mí el hombre que le devolvió la vida política a la Argentina. Después de Alfonsín, fue el primer presidente democrático de los argentinos. Con apenas ese 22 por ciento del electorado, tuvo la capacidad para maniobrar en un momento difícil, refinanciar la deuda, poner en marcha las paritarias y el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, crear la Asignación Universal por Hijo, respetar el modelo sindical y el modelo de obras sociales. Hasta ahí y los primeros meses del gobierno de Cristina había un intercambio y después se frustró de buenas a primeras. El compañero Caló no tuvo más respuestas y es como el teléfono descompuesto.

Cristina sabrá porqué decidió aislar al movimiento obrero y negarle una charla constructiva. Menem apretó, pero no mató a nadie.

¿Fue una limitación que tuvo el sindicalismo o fue una decisión política de Cristina?

Límite no, porque nosotros nos atiendan o no, tenemos la capacidad de gestión y de movilización y cuando no nos escuchan tenemos la libertad del derecho a huelga, que lo ejercita cualquier sindicato cuando se ven vulneradas sus conquistas. Hoy yo creo que es más importante la unidad del movimiento obrero para una construcción de poder que tener una charla de café con la Presidenta que no conduzca a soluciones de fondo. Hubo un congelamiento que no sabemos realmente a qué atribuir.

Dijo que Kirchner fue el primer presidente democrático después de Alfonsín. ¿A Menem no lo considera democrático?

Sí, te quiero decir…cumplimos 32 años de democracia, Menem también: apretó pero no mató a nadie. Menem fue el ejecutor de una política que se dio en el mundo y en Latinoamérica que viene del Consenso de Washington, de la libertad de mercado. Fue una corriente como en los setenta fueron las dictaduras militares y después de los noventas vinieron estos gobiernos que nacen a la luz de un progresismo. Tuvimos la semana pasada un Congreso en el que participaron 18 sindicatos de países de Latinoamérica y el Caribe y veo con preocupación lo que pasa en otros países: persecución gremial, falta de actividad sindical, precarización laboral, encarcelamiento de dirigentes. Entonces, nuestra situación es muy distinta.

El sindicalismo y el poder

¿El sindicalismo fue kirchnerista en estos años o estuvo incómodo con el gobierno?

Yo no creo en los ismos. A mí me tildaron de menemista, de kirchnerista. Yo soy peronista desde mis raíces, fui formador de la Juventud Sindical Peronista, estuve en los años setenta cuando muchos de los dirigentes que hoy aparecen en pantalla no existían, estuvimos en el retorno del general Perón en Puente 12 en Ezeiza, estuve con José Rucci, tuve la suerte de estar junto a un gran secretario General como fue Saúl Ubaldini, fui secretario General con Moyano y Susana Rueda, así que a mí que me digan oficialista…

¿Pero respaldaron al gobierno, se sintieron acompañados en sus reclamos?

En algunos casos sí y en otros no. Aquellos agoreros que dicen que se termina el peronismo o que decían que se vayan todos o que también el radicalismo iba a desaparecer. Apareció una nueva fuerza que es el PRO, va a tomar realce el radicalismo y también va a haber una renovación de cuadros en el peronismo. No puede ser que tengamos un partido de puertas cerradas donde no se puedan discutir proyectos y políticas que, lógicamente, después las ejecuta quién conduce. No vamos a pretender que el partido conduzca cuando hay un presidente electo por el pueblo. Pero…vos me hablás de Menem, con Menem el partido funcionaba, había gabinete, se discutían las políticas te gusten o no.

LPOAndrés Requena

Scioli no nombra a Menem pero da a entender que es Macri el que quiere volver a esa época.

Podían ser políticas regresivas para algunos pero era la realidad de un país devastado que nadie quería invertir, entró toda la corriente de importación que redundó en perjuicio de la clase trabajadora porque se cerraron fábricas y generó la desocupación. Pero también yo creo que no sólo fue Menem: a nosotros nos condenó el pueblo, la gente se quejaba de las empresas de servicios públicos, la gente se quejaba de no había electricidad, que no había agua, que no había teléfonos, entonces ese clamor de la gente facilitó a los poderosos de la corriente privatizadora que venían a llevarnos puestos.

¿A usted le parecen injustas las críticas al sindicalismo por haber estado primero con Menem y después con Kirchner?

El Negro (Oscar) Lescano, que hoy no está, decía con sorna “nosotros siempre somos oficialistas pero no dejamos de ser peronistas”. Muchos me preguntan qué pasa si gana Macri el domingo ¿y qué va a pasar? Yo el lunes tengo que pensar en cómo defiendo desde el 10 de diciembre los intereses de los 6500 trabajadores de AySA. No puedo bajar la persiana, cerrar la empresa, el sindicato y esperar cuatro años hasta que voten otra vez los argentinos para ver si viene un gobierno peronista. Si este hombre es coherente con las políticas que nosotros hemos llevado adelante, acompañaremos. Y si no plantearemos los temas en el terreno que haya que plantearlo.

¿Por qué cree que Moyano dio indicios tan claros de su apoyo a Macri?

Mirá, nadie ni en el movimiento obrero ni en la política resiste un legajo. Soy una persona a la que no le gusta hablar de sus pares. Cuando tengo un tema, lo convoco, lo siento y lo discuto mano a mano y esta pregunta que vos me hacés, yo el miércoles hablé con Moyano…Yo no estuve en el acto del busto de Perón con Macri. Tengo una conducta en lo ideológico y lo partidario que la respeto. Pero Moyano tiene dos etapas también en su vida. Una muy cerca a Kirchner y otra una ruptura. No me gusta hablar de los compañeros. Moyano sabrá por qué en su momento rompió con el gobierno y se pasó a la oposición.

Muchos me preguntan que pasa si gana Macri ¿Qué va a pasar? Yo el lunes tengo que pensar en los 6500 trabajadores de Aysa, no puedo cerrar la persiana cuatro años a ver si viene otro peronista.

¿Pero cree que es una posición personal de Moyano o expresa a más dirigentes y trabajadores?

No, no, porque nosotros armamos la “Mesa Sindical Scioli Presidente” y hay compañeros del sector de Luis Barrionuevo, de Moyano, de los independientes y de Los Gordos. En esa mesa, está todo el espectro del sindicalismo argentino y Moyano dio libertad a su gremio para que se encuadre con el candidato que quiera. La mayor parte del sindicalismo es peronista, que después el gobierno se haya equivocado es otra cosa.

El peronismo en la oposición

¿Hoy el problema principal que tiene el sindicalismo es la deuda del Estado con las obras sociales?

Hoy las obras sociales tienen problemas de financiamiento: nos adeudan alrededor de 30 o 40 mil millones de pesos. Scioli aseguró que no va a modificar el sistema de obras sociales y Macri también lo ha enunciado en forma genérica. Tenemos temas para discutir y propuestas para llevar a cabo, como el de la libertad de afiliación entre las obras sociales, que cuando se desreguló se malinterpretó. A mí me tocó como Superintendente de Servicios de Salud. La desregulación era para aquellas obras sociales que tenían el trabajador cautivo y no le daban servicio. Pero hubo vivos que aprovecharon y se complotaron con las prepagas para llevarse la crema de los salarios más altos al sistema privado: fueron intermediarios y se quedaron con un porcentaje de cada trabajador.

¿A quiénes se refiere?

Son sindicatos de 5 mil afiliados que hoy tienen 500 mil o 600 mil en la obra social. Yo los denuncié en un congreso del la CGT.

Usted siempre tuvo un doble rol: dirigente sindical y funcionario.

A veces nos plantean que somos dirigentes empresarios. Ahora yo te digo: ¿qué es más importante tirar piedras desde afuera o entrar y discutir los problemas desde adentro? Porque yo con la experiencia en esta empresa tengo un convenio de excelencia, un salario promedio de 39 mil pesos, hemos crecido en capacitación, tenemos dos guarderías, un centro de formación profesional y ahora vamos a crear la Universidad del Agua en este edificio. Entonces que me digan que soy funcionario…lo que me preocupa es que mi gente esté bien y a fin de mes tenga la plata en el bolsillo.

¿Por qué el sindicalismo dejó de ser la columna vertebral del peronismo?

Porque en el fondo los políticos no nos quieren a nosotros, nos buscan cuando llegan las elecciones. Por eso digo que tenemos que ser independientes de la política, tener una independencia de manejo, una estrategia y un objetivo que responda a los intereses de los trabajadores. Tengo muchos amigos políticos, tené en cuenta que yo empecé la renovación con Cafiero, con De la Sota, con Manzano, con Grosso y después nos ganó el turco, como digo yo, con un camello tocando timbre. Nadie apostaba a Menem pero se lo tuvieron que bancar. El gobierno que asuma va a tener cuatro o seis meses de cheque en blanco y después le vamos a ver la patas a la sota. Que no vengan los arrepentidos después a decir yo no lo voté: vos lo votaste, báncatela. No nos transfieran la responsabilidad a los dirigentes. Se hicieron cosas bien y cosas mal, Macri mismo lo dice.

El gobierno que asuma va a tener cuatro o seis meses de cheque en blanco y después le vamos a ver la patas a la sota.

Usted apoyó desde el comienzo a Aníbal Fernández como candidato. ¿Qué significa que el peronismo haya perdido la provincia de Buenos Aires?

Y es muy importante, muy jodido. Siempre fue el bastión político del peronismo. Los culpables somos todos, en algo nos habremos equivocado. Pero también critico a aquellos que desde el gobierno lo tironean a Scioli y no lo dejan llevar adelante su plataforma de gobierno. Hay mensajes que no ayudan, este gobierno termina el 10 de diciembre. Scioli lo dice: no me hablen de Aníbal, no me hablen de Cristina, discutan conmigo.

Bueno, claro, pero no es fácil porque es el candidato del gobierno y se acercó más al discurso kirchnerista en las últimas semanas.

Bueno, está bien, pero ya sabemos lo que es el pasado, Scioli propone un nuevo esquema a partir del 10 de diciembre, como también lo plantea Macri.

¿Cómo sería el peronismo en la oposición?

El peronismo en la oposición es una animal carnívoro. Tenemos que aprender a convivir también fuera del esquema de gobierno para que tengamos una vuelta prolija, con propuestas y con inteligencia para no equivocarnos y no causar perjuicios a la población. Sería nefasto que el gobierno electo tenga turbulencias y volvamos al pasado no querido de De la Rúa y otros presidentes. Yo creo que el presidente electo, sea quien sea, debe cumplir con total autoridad los cuatro años que el mandato del pueblo le va a dar. Y Cristina es un fenómeno, más allá de todo, de todos los tironeos, de que la matan de la mañana a la noche, va a ser la única Presidenta que va a llegar al final de su mandato con el pleno poder.