Ya desde hace varios años La Política Online viene advirtiendo que las economías regionales están atravesando una crítica situación a partir de un combo compuesto por baja de precios internacionales, suba de costos internos y alta presión impositiva.

A esta altura -si bien todos los referentes del sector están mirando hacia adelante- el gran interrogante gira en torno a por qué el Gobierno no se ocupó de tomar medidas para revertir una crisis que comenzó a manifestarse con fuerza en 2011.

Muchos en las economías regionales atribuyen la falta reacción del kirchnerismo al fin del sueño reeleccionista de Cristina en 2013. En definitiva, ¿para qué la presidenta iba a solucionar el problema si su gobierno tiene fecha de vencimiento?

El problema es que el hecho de no aliviar la carga tributaria (las economías regionales pagan retenciones) y liberar las exportaciones para mejorar los precios internos llevó a la actual situación en la que los productores están vendiendo a precios de remate.

CAME

En este sentido, un informe del Departamento de Economías Regionales de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) muestra que en octubre pasado la brecha entre lo que paga el consumidor y lo que cobra el productor aumentó un 10,9%.

Para la entidad que preside Osvaldo Cornide, esta situación “afecta tanto a la mayoría de los productores regionales que reciben muchas veces precios ínfimos, como a los consumidores que deben pagar precios que multiplican su valor de origen”.

Los productos más afectados fueron la pera (con una brecha de 18,7 veces); seguido por la naranja (14,63 veces); la cebolla (14,38 veces); el arroz (14,06 veces); la manzana (14,01 veces); la acelga (12,42 veces); y el limón (9,47 veces).

El informe de la CAME revela el estado de quebranto de los productores: el kilo de pera lo venden a $ 1; la naranja a $ 0,65; la cebolla a $ 1,50; el arroz a $ 1,70; el limón a $ 2; la mandarina a $ 1,50; la papa a $ 1,40; la leche a $ 2,25; y la manzana a $ 1,50.

En este contexto, se explica que todos los candidatos hayan hecho especial hincapié en la necesidad de tomar medidas para las economías regionales. De hecho, hasta el propio Daniel Scioli prometió eliminar las retenciones y las trabas a las exportaciones.

Sin embargo, lo que resulta difícil explicar es por qué Cristina se negó durante los últimos años de su mandato a tomar medidas para aliviar la crisis productiva (quizás, la presidenta, nunca tuvo en cuenta la mirada que tendrá la historia de su gestión). 

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