De que la administración de la provincia de Paco Pérez es caótica y desastrosa, ya no duda nadie, ni siquiera el peronismo que analiza, por ahora a puertas cerradas, pedirle al gobernador que deje la conducción partidaria antes de fin de año.
Pero la cuestión política no es la prioridad por estos momentos. Como si fuera una mala broma, Mendoza debe concentrarse en, al menos, poder pagar los sueldos del sector público en tiempo y forma. Nada más y nada menos.
El mes pasado, con los haberes de setiembre, ya hubo problemas. Paco debió abonarlos en partes, con adelantos de Tesoro y mayor sobregiro autorizado por el Banco Nación. Prometió que con los sueldos de octubre no pasaría lo mismo, y que los fondos estaban “garantizados” para afrontar el pago. Incluso la semana pasada dijo que el sábado 31 “todos los estatales van a cobrar”.
Llegado el sábado, sólo se habían depositado los haberes de policías y docentes, dejando afuera del “selecto” grupo a celadores, administración central, empleados legislativos, Poder Judicial y entes descentralizados. Ahí comenzó a cocinarse el malestar que estalló este lunes con numerosas protestas en diferentes puntos del Gran Mendoza.
Por un lado, en la Casa de Gobierno se concentraron afiliados al SUTE, en los accesos a la ciudad afiliados de ATE, en calles aledañas al centro, empleados de las direcciones del Ministerio de Desarrollo Social. La presión fue tal, que el Gobierno debió salir a prometer, otra vez, que “todos van a cobrar a la medianoche de este marte”. Habrá que ver, incluso en el mismo Gobierno se dudaba de que esto fuera factible.
La razón por la cual Paco no pudo cumplir su promesa no está clara. A mediados de mes, Cristina recibió al mendocino, lo regañó por tal mala administración y le pidió a Axel Kicillof que arbitrara los medios para que el Banco Nación le girara a Mendoza 2.200 millones de pesos. Se supone que con ese dinero los sueldos de octubre estaban garantizados.
No obstante, según fuentes del Ministerio de Hacienda local, “hubo buena parte de ese dinero que se usó para otras urgencias, y calculamos mal, pensamos que con la recaudación llegábamos a pagar los sueldos: nos equivocamos”, confesó un funcionario de segunda línea.
Los radicales, quienes asumirán la Gobernación el 10 de diciembre, no tardaron en recordar que la última vez que se atrasó Mendoza en el pago de sueldos fue durante la gestión de Roberto Iglesias (1999-2003), “claro que estábamos en plena crisis del 2001, y si bien no pagábamos el último día del mes, lo hacíamos antes del 10 del mes siguiente, sin excepción”, recordó un ex funcionario de Iglesias.
Asimismo, Mendoza pasó a ser, por segundo mes consecutivo, la única jurisdicción con problemas para afrontar nada menos que los sueldos, mientras se sigue dilatando la toma de deuda que tanta falta le hace a Pérez para terminar en paz su mandato y a Alfredo Cornejo, el gobernador electo, para iniciar el suyo.
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QUE MAS AGREGAR?? ESPERO QUE VAYA PRESO.. O MEJOR AUN.."QUE PAREZCA UN ACCIDENTE"..