En un Congreso desierto, donde hasta el último empleado está involucrado en la campaña electoral, la Comisión de Deportes del Senado se reunión para darle dictamen a los cambios de la ley del deporte y la creación del Ente Nacional de Desarrollo Deportivo (Enaed).

Como era de esperar, sólo estuvieron presentes los 10 oficialistas y de la oposición se acercó Diego Santilli, del PRO, que votó en contra. La reunión fugaz.

DyNLuciano Thieberger

La urgencia se debe a que el Senado exige una semana de espera entre dictamen y tratamiento en el recinto y Miguel Pichetto se comprometió con Cristina Kirchner a sesionar el miércoles próximo, con la elección bien fresquita. 

Claro que más de uno en el Congreso teme que si Daniel Scioli gana en primera vuelta los compromisos asumidos con Cristina Kirchner se esfumen por el aire.

Uno de los más asustados es Máximo Kirchner, justamente el más interesado en la creación de la Enaed, porque prevé conformar un Instituto con directores que tengan cuatro años de mandato, o sea, el mandato completo del sucesor de Cristina.

El hijo de la presidenta le encargó el proyecto a su coterráneo Mauricio Gómez Bull, presidente de la Comisión de Deportes de Diputados. 

Lo manejó a lo camporista: lo habló sólo entre los militantes de la agrupación y lo presentó recién días antes de tratarlo. Pero no pudo engañar a sus pares cuando quiso imponer un sistema de financiación.

El proyecto original contemplaba un sistema de recaudación en el precio de venta de bebidas gaseosas y energizantes, vinos y tabaco.

Buscaban una caja de 4500 millones de pesos, de las cuales dos tercios serían para "gastos administrativos", según los cálculos de la oposición. Sólo el resto recaería en un suplemento de la asignación universal por hijo.

Máximo debió conformarse con dejar sentado que el próximo presidente debe financiar el Enaed. Pero en el Congreso creen que se guarda una última carta: tener la ley sancionada y definir en la reglamentación un esquema de financiamiento. Por eso la querría cuanto antes.