Axel Kicillof blanqueó sus diferencias con los asesores económicos de Daniel Scioli, que tuvo su punto de mayor tensión cuando el ministro ordenó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que pusiera en marcha una polémica normativa que derrumbó a los mercados y le arruinó al candidato presidencial su anuncio de inversiones.

Como explicó LPO, Scioli vive unos días de un equilibrio francamente endemoniado, que no parece posible sostener mucho tiempo más. Semanas atrás cuando lanzó en el Teatro Opera sus lineamientos económicos, prometió que iba a conseguir inversiones por U$s 30 mil millones por año. Al otro día, Kicillof le destrozó el anuncio con una normativa de la CNV que obligó a los fondos comunes de inversión a valuar sus títulos públicos nominados en dólares al tipo de cambio oficial.

La tensión entre Scioli y Kicillof se debía además a que el ministro le retaceó hasta ayer 500 millones de dólares que el gobernador necesita para pagar el vencimiento del BP15 el lunes. Se trata de fondos que la Provincia consiguió mediante una colocación, pero que necesitaba de la autorización del Banco Central para poder girarse.

Anoche, en la cena en Costa Salguero con empresarios, diseñada para transmitir certidumbre a los hombres de negocios, Scioli volvió a exhibir el estrecho sendero en el que se mueve: tuvo que poner a Kicillof entre los oradores, entre Gabriel Mariotto y Carlos Zannini.

El papel estelar que tuvo Kicillof en el acto causó malestar en el sciolismo, así como algunos dirigentes históricos del PJ porteño se miraron soprendidos cuando el ministro se extendió en una charla técnica en el congreso metropolitano realizado ayer antes del evento de Costa Salguero. “No está ni afiliado”, disparó una fuente del PJ que estuvo presente en la sed de UPCN de la calle Misiones.

El clima enrarecido se agudizó con las declaraciones que Gustavo Marangoni, uno de los referentes económicos de Scioli, hizo al diario l Financial Times, el más influyente diario de negocios del mundo. “No presten atención a lo que Scioli dice ahora, miren lo que hizo”, dijo el presidente del Banco Provincia para tranquilizar a los inversores extranjeros.

En este contexto, Kicillof debió acudir a la agencia estatal Télam, manejada por La Cámpora, para bajar el tono a las rencillas con el equipo económico de Scioli, aunque como suele suceder en la política, lo único que hizo fue terminar de instalar el tema en la agenda.

Consultado por esas diferencias, Kicillof indicó que “lo único que conocemos a ciencia cierta -más allá de que todo el tiempo a la gente que rodea al gobernador en el terreno de la economía, y a mí mismo, nos tratan de llevar a ver si encuentran contradicciones, críticas u opiniones cruzadas- es que somos parte del mismo movimiento”.

En un intento para sugerir que Scioli tendrá cierta autonomía, Kicillof aseguró que “la gente conoce a quienes somos parte de este gobierno, conoce a nuestros candidatos y sabe qué puede esperar: no continuidad en el sentido de aplicar exactamente las mismas políticas, sino continuidad por tener una preocupación permanente por atender las necesidades de todos los argentinos”.

“Las propuestas de Scioli que escuché en el Teatro Coliseo fueron muy claras. Scioli dice algo que es la clave para entender esto: nunca hicimos todo bien. No decimos que no haya cosas para mejorar o modificar. Está en su derecho alguien de adentro o de afuera de plantearlo. Pero lo central es construir sobre lo construido”, subrayó el ministro.