La política es cruel y ubica a cada uno en su lugar. La mesa de los derrotados era elocuente anoche en Costa Salguero, donde Daniel Scioli mezcló a la primera plana del peronismo con figuras de la farándula, el deporte y el periodismo para lanzar su "círculo celeste y blanco".

Los intendentes Daniel Di Sabatino y Mariano West, perdedores de las PASO en San Vicente y Moreno, se sentaron a una de las mesas más marginadas del salón, la 270 y pico, al lado de la puerta del baño donde entraban y salían invitados impulsados por el agua y el tinto Luigi Bosca que sirvieron en las copas.

Fernando Espinoza, otro perdedor de la PASO, estaba sin embargo en una mesa al lado del ex motonauta. Ni siquiera Antonio Caló, apuntado en los medios por su imputación judicial, estaba más cerca que los jefes comunales. 

Es que los barones heridos estaban realmente en los peores lugares, incluso cerca de los periodistas, que suelen ser mal ubicados. Estaban a unos largos metros de Scioli, en la mesa número 1, donde estaba el escenario.

Es que desde esa posición no se alcanzaba ni siquiera a ver la figura del ex motonauta arriba del escenario, por lo que seguramente los intendentes acudían a las dos pantallas colocadas en los costados.

Al concluir los discursos, Carlos Zannini se fue por ese mismo pasillo y salió por esa misma puerta, aunque ni atinó a mirar a los intendentes marginados por la organización protocolar. 

La pelea de estos dos intendentes con sus verdugos de La Cámpora es tal, que desde al día siguiente de las PASO en ambos distritos buena parte de las estructuras municipales se pusieron a disposición tanto del PRO como del Frente Renovador, aunque a nivel provincial y nacional todos se reivindican kirchneristas.