La táctica de no girar proyectos a comisiones presididas por opositores volvería a aplicarse para evitar que Felipe Solá, diputado y candidato a gobernador del Frente Renovador, frene dos de las siete iniciativas previstas para tratarse en la supersesión del miércoles próximo.

Ocurre que el ex gobernador preside la Comisión de Familia, donde, de mediar el sentido común, deberían girarse los proyectos para “promoción de juventudes” y “regularización de régimen dominial de la vivienda familiar”, dos de las siete iniciativas giradas por Cristina Kirchner antes de irse a New York.

Pero las autoridades del bloque K saben que si esperan que Solá convoque a su comisión para acelerar estos proyectos, difícilmente tendrían éxito. El de régimen dominial ni se lo giraron: fue a Legislación General, Vivienda y Presupuesto y Hacienda.

El de Promoción de Juventudes, un compendio de garantías para personas de entre 15 y 29 años que deberían estar vigentes sin una nueva norma, sí había sido girado inicialmente a Familia, pero se lo habrían sacado para evitar contratiempos.

Sin embargo, en la página web aún figura la Comisión de Solá como responsable de emitir dictamen. Lo estarían por corregir.

La maña de girar los proyectos a comisiones según conveniencia es vieja y la hizo famosa Enrique Hidalgo, un secretario parlamentario que llevó Alberto Balestrini a Diputados y fue el filtro de Eduardo Fellner cuando la Cámara la manejaba la oposición.

En el Senado, el experimentado Juan Estrada sigue haciendo de la suyas. La radical Laura Montero lo denunció por girar a muchas comisiones sus proyectos, para que juntar firmas sea una tarea imposible.

También ignoró su comisión de Economía en el proyecto para restringir la venta de acciones del Estado. Nadie le explicó porqué.