Daniel Scioli mandó una clara señal al peronismo de Río Negro. Mientras La Cámpora puja por quedarse con el control total del Frente para la Victoria, el candidato presidencial se reunió para “analizar la campaña” con Miguel Pichetto y Martín Soria, quienes -además de competir entre sí- intentan resistir el avance de la agrupación de Máximo Kirchner.

El PJ rionegrino arde. Tras la catastrófica derrota de Pichetto en las elecciones a gobernador, el partido quedó en manos de Soria, fortalecido por su abrumadora reelección en General Roca. Pero el hijo del “Gringo” sufrió este mes la también durísima derrota de su aliada María Eugenia Martini en Bariloche y cedió algunos casilleros.

Así las cosas, el camino le quedó allanado a La Cámpora para intentar tomar el control total del FPV, teniendo en cuenta además que sus candidatos a diputados nacionales se impusieron con comodidad en las PASO nacionales, en parte favorecidos por el buen desempeño de Scioli y también porque Alberto Weretilneck no presentó lista.

El líder de La Cámpora en Río Negro es el legislador Martín Doñate, de relación más que tirante con Pichetto y Soria. Doñate encabeza la lista de diputados nacionales, secundado por Silvia Horne del Movimiento Evita. Ambos buscan mostrarse como la “cara nueva” del kirchnerismo y, a tono con el discurso nacional, basan su campaña en que “el candidato es el proyecto”.

Durante la campaña previa a las PASO, el camporismo le reprochó a Soria su falta de compromiso con “el proyecto”, ya que el roquense se apartó totalmente. Luego de obtener el 60 por ciento en la categoría diputados, Doñate y Horne buscaron instalarse como los referentes del espacio. “Habrá que redefinir el Frente para la Victoria”, decía Doñate por esos días.

Después de las elecciones en Bariloche, el camporismo y el sorismo se cruzaron feo por un presunto comunicado donde Doñate calificaba a sus rivales internos de “perdedores” y donde se erigía como nuevo líder del peronismo. Pero el legislador rionegrino denunció que la información era falsa y sugirió que se había difundido desde el entorno del roquense.

En el entorno del intendente esperan su momento para contraatacar: el próximo 4 de octubre Doñate se juega una parada brava en su ciudad, Luis Beltrán, donde su candidato Pablo Delgado marcha a una probable derrota con el intendente Juan Carlos Apud, aliado a Weretilneck. Soria intentará aprovechar el posible traspié para mostrarse como el único dirigente del peronismo que tiene votos propios.

El factor Weretilneck

Como si la pelea interna no bastara para que arda el kirchnerismo, Scioli le agregó un condimento bien picante. Semanas atrás el candidato presidencial acordó con Weretilneck, sobre quien La Cámpora, Soria y Pichetto coinciden en considerarlo un traidor por su fallido pase al massismo. Quizás es lo único en que están de acuerdo.

Las fotos de Scioli con Weretilneck agitaron fantasmas de un posible retorno del gobernador al FPV, no ahora sino después de diciembre si es que Scioli llega a la Casa Rosada. El más preocupado es Soria quien busca posicionarse como su principal opositor, dando por descontado que Pichetto se alejará de la pelea provincial, como prometió.

La foto que se sacaron el miércoles en la sede porteña del Banco Provincia fue leída como un intento de Scioli por calmar las aguas de sus socios rionegrinos. Tras el encuentro, Soria y Pichetto se comprometieron a trabajar para que el ex motonauta “supere el 50 por ciento de los votos” en Río Negro.

Pero aunque suelen mostrarse juntos en Buenos Aires, la tensión entre Pichetto y Soria es indisimulable. De hecho, el roquense publicitó el encuentro en Facebook y ni mencionó al senador. "En reunión junto a Daniel Scioli haciendo un balance del gran acompañamiento obtenido en las PASO, vislumbrando la continuación de este modelo de País en las próximas elecciones presidenciales", escribió junto a una foto donde “cortaron” a Pichetto.

Más allá del detalle, si el tema de conversación en la reunión con Scioli fue la campaña en Río Negro, llama aún más la atención que no asistieran los candidatos a diputados nacionales de La Cámpora, algo que no pasó desapercibido en el peronismo provincial.

Campaña light

Scioli dejó de ir a la provincia tras la derrota de Pichetto. El candidato presidencial prácticamente abandonó sus visitas a la Patagonia y Rio Negro lejos estuvo de ser la excepción. Allí, la campaña corre exclusivamente por cuenta de La Cámpora, que meterá dos diputados si se repite el escenario de las PASO.

Otro factor importante es que con casi todo el panorama a nivel local definido, los referentes territoriales prácticamente ya no hacen campaña. El proceso en Río Negro fue demasiado largo: la campaña empezó en febrero/marzo de cara a las municipales del 3 de mayo en Viedma, Roca, Cipoletti y otras localidades, y no se interrumpió hasta el 14 de junio, en las elecciones a gobernador. Luego, fue el turno de las PASO y más tarde la elección en Bariloche, la ciudad más poblada de la provincia.

Además, el Frente Renovador de Sergio Massa y Juntos Somos Río Negro de Weretilneck no compiten por la categoría diputados nacionales, con lo que campaña se tornó absolutamente light. Apenas el PRO compite fuerte contra La Cámpora y todo indica que meterá un diputado nacional: Sergio Wisky.

Scioli con Weretilneck