Axel Kicillof le metió bonos por U$S400 millones a la Anses para que el organismo pueda seguir interviniendo en el mercado y así contener la cotización del dólar paralelo hasta diciembre.

Desde que el blue y el “contado con liquidación” se recalentaron en la City, en junio, el gobierno salió a vender de manera masiva los papeles más utilizados en esas operaciones para tratar de deprimir el precio: el Bonar 2024, Bonar X y Boden 2015.

Lo cierto es que tras la disparada de ese momento, las alzas se recortaron, pero volvieron con todo esta semana. Desde el lunes el blue escaló unos 40 centavos y quedó a punto de pasar los 16 pesos, mientras que el “dólar bolsa” y el “contado con liqui” se mantuvieron estables, alrededor de los $14,05.

Los dos entidades más utilizadas por el gobierno para bajar las cotizaciones eran la Anses y el Banco Central. Pero la demanda por billetes verdes es tal que por la intervención sistemática que viene aplicando el organismo previsional, ya se habría quedado sin bonos que le permitan enfriar las cotizaciones paralelas del dólar.

Desde la semana pasada empezó a circular en la City el rumor de que el Gobierno ya había quemado todos los bonos en manos de la Anses.

En la city calculaban que si se mantenía el ritmo al que la Anses venía reventando los bonos en el último tiempo, principalmente Bonar 24 y Bonar X (con el Boden 2015 no puede operar, aunque el BCRA sí), el stock se consumiría dos semanas antes de las elecciones, tras deshacerse de papeles por U$S1800 millones nominales. Pero ya desde la semana pasada entre los operadores circulaba el rumor de que el gobierno ya había quemado casi todos los bonos que estaban en manos de esos organismos, en particular el Boden 15, que debe ser cancelado en su totalidad en octubre.

Por eso el ministro de Economía resolvió emitir clandestinamente unos U$S400 millones de Bonar 24 que licitará exclusivamente para la Anses, decisión que aún no fue publicada en el Boletín Oficial para así evitar repercusiones políticas, y, sobre todo, posibles sanciones por parte de la justicia de Estados Unidos, que tiene en la mira a ese título.

A cambio, la entidad presidida por Diego Bossio le entregará parte de los pesos que acumula en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad(FGS).

El FGS fue conformado por los fondos que tenían en sus manos las AFJP antes de su expropiación por parte del gobierno de Cristina en el 2008, y aproximadamente el 60% de esa plata está invertida en títulos públicos. El resto se reparte entre plazos fijos y acciones en empresas privadas.

Festival de bonos

Las intervenciones del gobierno en el mercado de bonos se ven reflejadas en el volumen operado de los mismos, que se incrementó notoriamente en los últimos dos meses, de la mano del aumento en la cotización.

Por ejemplo, el 9 de septiembre el Bonar 24 operó un pico de $671 millones de pesos, 2,5 veces que su monto habitual. En tanto, a fines de agosto el Bonar X(AA17) llegó a batir tres veces consecutivas el récord de volumen operado para este año, con un máximo de $688 millones el 28 de agosto del mes pasado.

El Bonar 2024 fue el que creó el gobierno en 2014 para cancelar la deuda con Repsol luego de la expropiación de YPF. Rinde un 8,75% y su vencimiento es dentro de nueve años.

Sin embargo, el gobierno fue ampliando la emisión del título en varias oportunidades. A fin del año pasado, Kicillof lanzó un canje voluntario del Boden 2015 por efectivo o Bonar 24, para lo cual autorizó nuevas colocaciones por hasta U$S3000 millones. En ese entonces se ubicaron U$S663 millones.

En abril de este año, el ministro de Economía salió a los mercados y consiguió U$S1400 millones por esta vía, de los cuales U$S300 millones los adquirió la Anses.

El gobierno adelantó la publicación de los datos de la deuda, para evitar tener que dar explicaciones sobre estos manotazos a la Anses, antes de las elecciones.

A fines de julio Ámbito Financiero reveló que se habrían colocado unos U$S200 millones para la Anses, a los que ahora se sumarían los U$S400 millones de septiembre que puntualizaron las fuentes consultadas por LPO.

Así, aún restaría un saldo de U$S300 millones para seguir emitiendo el AY24, como se lo conoce en el mercado.

En ese sentido, el Palacio de Hacienda les metió a las petroleras unos U$S784 millones entre Bonar 24 y Bonad 2018 por el fin del programa Petróleo Plus, aunque no detalló en qué proporción se llegará a esa cifra.

Antecedentes

No es la primera vez que el gobierno posterga la publicación de colocaciones de deuda. En otras ocasiones el boletín oficial dio a conocer operaciones del Ministerio de Economía que habían ocurrido meses atrás, en general cuando se trata de letras o títulos que se colocan a manos de la Anses.

De hecho, de acuerdo a las fuentes consultadas por LPO, el gobierno eligió esa fecha porque adelantó la publicación de los datos oficiales de deuda para el 31 de agosto, para de esta manera evitar tener que dar explicaciones antes de las elecciones. La operación, entonces, sería recién publicada el año que viene, con un nuevo gobierno en el poder.

Por otro lado, el Bonar 2024 está en la mira de los fondos buitre y de Thomas Griesa. Los holdouts le pidieron al juez que considere al título como deuda externa para poder embargarlo y frenar sus pagos. Argumentan que el bono se ofreció en el exterior y por lo tanto se debe considerar “deuda externa”, pese a que tiene jurisdicción local.

El veterano magistrado todavía no definió qué hará con el papel, pero es evidente que las nuevas emisiones de ese título con las que se especuló durante el año se frenaron por su dura posición en contra de la Argentina.