Devaluación del Real
Investment grade en riesgo: Cómo condiciona la crisis de Brasil al próximo gobierno
Los economistas señalan que el sucesor de Cristina tendrá que hacer un mayor ajuste en el tipo de cambio.

La severa situación económica de Brasil fue uno de los factores que acabó con el “viento de cola” con el que contó Cristina Kirchner hasta hace pocos años. El gigante sudamericano atraviesa una crisis política de magnitud que va acompañada de estancamiento económico y devaluaciones que parecen no tener techo.

Este jueves la moneda brasileña llegó a tocar los 3,81 unidades por dólar, aunque luego recortó parte de esa suba y cerró en 3,76, el mayor valor desde diciembre de 2002.

Brasil es el país latinoamericano que más depreció su moneda en el último año: el real cayó un 16 por ciento en tres meses, 30 por ciento en el 2014, y más de un 60 por ciento respecto al año pasado, lo que, según los cálculos de los analistas consultados por LPO, le devolvió la competitividad que tenía en el 2006.

Los industriales comparan la situación actual con 1999, cuando el dólar estaba anclado por la Convertibilidad y el real llegó a caer más de un 60 por ciento.

Por el contrario, en los últimos doce meses la Argentina sólo devaluó un 11 por ciento, pese a que su tasa de inflación está por arriba del 20 por ciento anual, lo que va deteriorando las competitividad de su sector exportador, fundamental para adquirir las divisas que necesitan el resto de los sectores para funcionar.

La inquietud que empieza a surgir entre los analistas y empresarios -que ayer se lo hicieron saber al ministro de Economía Axel Kicillof en el cóctel de la UIA-, es la similitud entre el modelo actual, con el dólar anclado para estabilizar inflación, inmutable mientras el real se deprecia, y lo que sucedió a comienzos de 1999, cuando regía el régimen de Convertibilidad, que impedía la libre flotación del peso.

En ese entonces, el real llegó a caer más de un 60% en los dos primeros meses del año, aunque luego revirtió parte de esa devaluación hasta un 40% en mayo.

Ese fue el primero de los sucesivos golpes que iba a recibir el “1 a 1” hasta su abrupto final en diciembre de 2001.

La situación de Brasil se analizo en el encuentro que la cúpula de la UIA mantuvo con Cristina y Kicillof.

Lo cierto es que el tipo de cambio bilateral con el país vecino cayó un 42% entre mayo de 2014 y agosto de 2015, de acuerdo a un informe elaborado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Córdoba. A fines de la década del 90, el deterioro de esta indicador había sido apenas menor, del 41%.

“Ya en cuestión de tipo de cambio estamos peor que en 1998. No llegamos a la situación de 1999 post devaluación abrupta del real, pero nos vamos acercando”, advierte el trabajo firmado por Emmanuel Cuesta, analista del IIE.

En ese sentido, la consultora Abeceb calculó que el comercio bilateral cayó un 40 por ciento desde el 2011, el último año en que ambos países tuvieron un crecimiento de la economía respetable. A partir de ahí, las trabas a las importaciones que impuso Guillermo Moreno y la fuerte desaceleración brasileña, sumado a los problemas de competitividad de las dos naciones desplomaron el flujo comercial.

Ahora Brasil se enfrenta ante la posibilidad de perder el “investment grade”, y para tratar de evitarlo implementó un ajuste fiscal que ya debió ser revisado varias veces, ya que la recesión agudiza el déficit y le complica al ministro de Hacienda Joaquim Levy cumplir con sus metas prometidas.

Lo cierto es que si Brasil pierde el investment grade, los fondos de inversión que tienen en sus manos activos de ese país tendrán que venderlos, ya que los contratos los obligan a mantener posiciones con determinada calificación. Por lo que la fuga de capitales-que ya se inició, acaso adelantándose a esa decisión-, podría agravarse, y el ataque sobre el real agudizarse todavía más, ya que los dólares se harían aún más escasos.

El “joven manos de tijera” Levy no obtuvo el apoyo del congreso para los recortes. Y su posición al frente del ministerio de Hacienda está cada vez más debilitada, tras sus cruces con Dilma Rousseff por la magnitud del ajuste.

El ministro de Economía de Brasil, Joaquin Levy.

En el mercado coinciden en que mientras siga la depreciación del real, la presión sobre el dólar en la Argentina seguirá en aumento, incrementándose las expectativas de devaluación de cara al próximo gobierno. Es decir, el ajuste esperado en el tipo de cambio, con este nuevo contexto internacional, se incrementa por cada centavo que se encarece el dólar en Brasil.

LPO consultó a especialistas para comparar la situación actual con la de 1999, que encontraron similitudes y diferencias con aquél entonces.

El presidente de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, planteó que la situación de Dilma se parece más a la de De la Rúa cuando se rompió la Alianza, porque “tiene cero credibilidad, y por ende su capacidad de conseguir créditos es cero”.

“Lo que tiene hoy Brasil es un gran problema de credibilidad en su gobierno, que no era lo que pasaba en 1999, de hecho el ex presidente Fernando Enrique Cardoso logra salir adelante”, explicó el economista.

En ese sentido, Martín Polo, de la consultora Analytica, consideró que la devaluación de 1999 fue consecuencia de la crisis asiática que en ese momento asolaba a los mercados, a diferencia de lo que sucede hoy, que es una “cuestión interna, más política”.

“A fines de los 90’ hubo un ‘fly to quality’ a países menos riesgosos y los capitales salieron de los emergentes. Como los fundamentals macro no eran sólidos y no habían acumulado reservas”, enumeró Polo. Ante ese panorama, la única vía que le quedó a Brasil fue la devaluación.

Esperando el impacto

“Las exportaciones argentinas dependen más que nada de cómo le vaya económicamente y no tanto por el tipo de cambio”, matiza Abram.

Los analistas sostienen que la industria argentina que depende de Brasil se ve más afectada por el crecimiento que tenga el país vecino, más que por las variaciones que pueda tener su moneda.

En tanto, para Polo “todavía no pegó en la Argentina todo lo que tenía que pegar”, la devaluación del real. “Va a ser mas difícil poder crecer. Si siguen devaluando se corre el riesgo de que no podamos venderles y ellos nos inunden con sus productos. Los inversores también ven que Argentina debería devaluar, por lo que suben las expectativas de devaluación y con ello aumenta la tasa de interés”, vaticinó el economista.

“Es cierto que pega más una recesión en Brasil que una devaluación. Pero si el día de mañana vuelve a crecer al 5%, pero el real se va a 5 unidades por dólar, también preocupa”, analizó.

Algunos analistas creen que a diferencia de lo que ocurrió a fines de los 90, ahora Argentina puede devaluar y además el sistema bancario es más sólido porque el 95 por ciento está en pesos.

De todas formas, Polo cree que a diferencia de lo que sucedió a fines del menemismo, “ahora hora podes mover el tipo de cambio. En la convertibilidad, si devaluabas tenías una corrida. Hoy el sistema financiero es más sólido porque el 95% de los depósitos está en pesos”, puntualizó.

“Es un tema que hay que seguir. Que Brasil te devalúe un 60% en un año, cuando ya estabas con un tipo de cambio muy atrasado, es un condicionante a la paz cambiaria y dificulta ganar competitividad real”, razonó Polo.

En Analytica estiman que la competitividad está en la mitad de lo que era hace tres años, lo que muestra una tendencia muy complicada, más con un Banco Central que tiene reservas exiguas.

“Brasil va a acomodar el cuerpo, pero a la Argentina no le va a ser gratis”, concluyó. 

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