En medio de la escalada de violencia que vive la ciudad de Rosario, periodistas y camarógrafos de los tres principales medios de la ciudad fueron increpados y amenazados de muerte en el barrio San Francisquito por un grupo de jóvenes.

Los trabajadores de prensa se hicieron presentes en Amenábar y Constitución el domingo al mediodía para cubrir el asesinato de un chico de 21 años cuando fueron interceptados por un grupo de jóvenes vecinos quienes de forma violenta los obligaron a abandonar el lugar.

La peor parte se la llevó el equipo de Canal 5 quienes no sólo fue amenazado con gritos e insultos sino también uno de los atacantes les mostró un arma de fuego, mientras otro intimó a la cronista Cecilia Casabonne con un cuchillo para que se fueran del lugar.

“Dejamos el auto en Amenábar y Constitución y nos alejamos unos 50 metros para hacer algunas tomas cuando pasan dos chicos y una chica menores de edad y nos gritan: ‘váyanse de acá que no hay nada para mostrar, no filmen nada’”, contó Casabonne en diálogo con LPO.

“Luego, estos tres individuos pegan la vuelta y le digo a mi compañero que volvamos porque esto se podía poner heavy. Es allí cuando se acercan más personas y uno de ellos nos enfrenta y nos muestra un arma que tenía en la cintura y le dice a Horacio (Mansilla, camarógrafo del canal) ‘bajá la cámara o te tiro’”, explicó.

Frente a esa situación, la periodista y su compañero decidieron emprender la marcha hacia el móvil “mientras nos gritaban y amenazaban que nos iban a tirar”. “En eso, vino otro y me apoyó un cuchillo en la espalda”, recordó Casabonne.

A su vez, y por si fuera poco, “el que estaba más sacado agarró una piedra grande y partió la luneta trasera del auto y le pegó una patada a la cámara creyendo que seguía filmando”.

Minutos antes del arribo del móvil del 5, había llegado el de Canal 3 en coincidencia con el cronista del diario La Capital, quienes también habían sido insultados aunque se retiraron antes que la situación se pusiese más difícil.

Lo curioso es que los trabajadores de prensa se dirigieron a la seccional de policías de la zona para radicar la denuncia donde los hicieron esperar más de 45 minutos. Pasado ese tiempo, y con el temor de estar a sólo diez cuadras de donde fueron intimidados, decidieron retirarse sin haber completado el trámite.

“Nada nos garantiza que esto no vuelva a pasar”, reflexionó la periodista quien además dio un dato preocupante: “Nosotros siempre recibimos amenazas verbales cuando vamos a los barrios a cubrir un homicidio o un robo. Estamos acostumbrados porque quedaba ahí, en lo verbal”.

Al día siguiente, con el objetivo de profundizar el amedrentamiento, luego de emitirse el breve informe con las imágenes que se lograron rescatar de lo poco filmado sobre el asesinato de Javier Maidana, Canal 5 recibió llamadas con nuevas amenazas: “dijimos que no pasen nada, ahora los vamos a cagar a cuetazos”, disparó una voz anónima.

El apoyo del Sindicato

El Sindicato de Prensa de Rosario brindó todo su apoyo a los trabajadores agredidos y puso a disposición a los abogados de la institución. A su vez, iniciaron una serie de reuniones con directivos de las empresas y funcionarios policiales.

“Lo primero que hicimos fue acompañarlos a hacer la denuncia a la Fiscalía, los asesoramos con la abogada del Sindicato donde cada uno narró los hechos que sufrieron”, sostuvo Gustavo Poles, delegado y secretario de prensa del gremio en contacto con La Política Online.

A su vez, se reunieron con funcionarios policiales donde reclamaron medidas de prevención: “Como Sindicato de Trabajadores de Prensa no somos especialistas en materia de seguridad, por lo tanto estamos reclamando medidas a la policía y haciendo participar a las empresas”, afirmó Poles, quien destacó la preocupación de las empresas por la difícil situación en materia de seguridad.

“No sé si alguien tiene un manual para una situación así. Un periodista tiene que trabajar libre, en la calle, tiene que poder moverse con tranquilidad y eso se hace muy complejo por la violencia que se vive en la sociedad”, reflexionó.

Por otra parte, Poles recordó hechos violentos recientes que tuvieron como protagonistas a periodistas: “Hemos tenido un montón de casos. Las autoridades y la policía van a tener que comenzar a dar respuestas”.

Y agregó que “lo que nos preocupa es que los hechos se relacionan con distintos sectores. Tuvimos hechos relacionados con el fútbol, en otra ocasión por enfrentamientos entre dos bandas y ahora una situación de neto corte de pandilla, de código de territorio. La verdad, no sé como encuadrarlo y son los compañeros los que están poniendo el cuerpo” .

Poles también confirmó que el miércoles se llevará a cabo una asamblea en la sede de calle Santiago 146 bis donde se discutirá las acciones a seguir por la entidad gremial.

Una semana luctuosa

La crisis que atraviesa Rosario en materia de seguridad vivió una semana particularmente violenta. La aparición en el río del cuerpo de Gerardo Escobar, un trabajador municipal que estuvo desaparecido una semana, luego de haber sido visto por última vez saliendo de un boliche conmocionó a la opinión pública y generó cruces de responsabilidades y acusaciones en un hecho que aún no ha sido esclarecido y que trajo a la memoria el caso de Franco Casco, otro joven que terminó en las aguas del Paraná pocos meses atrás y donde la policía fue señalada como principal responsable.

A su vez, el violento recibimiento de los trabajadores de prensa en el Barrio San Francisquito cuando iban a cubrir el crimen de otro joven enardeció aún más las voces críticas a las políticas de seguridad llevadas adelante por la gestión de Antonio Bonfatti.

Como broche de una semana nefasta, en un robo perdió la vida Sandro Procopio, arquitecto y hermano de un conocido y querido periodista, Pablo Procopio, quien trabajó muchos años en Radio Dos y LT3.

Cuando salía de una obra en el barrio Bella Vista, el profesional fue abordado por dos personas para robarle. En el forcejeo con los maleantes, Procopio recibió un disparo fatal. El hecho conmocionó nuevamente al gremio de prensa.