El rostro de Aníbal Fernández una reunión con intendentes el jueves en las oficinas porteñas del Banco Provincia denostaba cierto malestar en el jefe de Ministros y candidato a gobernador. El motivo, según pudo saber LPO, no fue otro que una serie de charlas en ese lugar sobre cómo encarar la campaña.

Fuentes del sciolismo aseguran que se le pidió expresamente a Aníbal que se terminen las chicanas hacia el candidato presidencial y que sume fuerzas para transitar la campaña hacia octubre.

Es que el sciolismo por un lado, y el candidato a sucederlo por otro vienen de atravesar fuertes roces en pleno triunfo del Frente para la Victoria en las primarias del 9 de agosto pasado. El primer cotocicuito -y quizás el más peligroso- fue exactamente una semana antes de la elección cuando el jefe de Ministros se enteró que Jorge Lanata había podido ingresar sin problemas a una cárcel bonaerense para entrevistar a Martín Lanatta, condenado por la Justicia como el autor material del triple crimen de General Rodríguez y el encargado de vincular a Aníbal con ese caso.

LPO adelantó que el mismo domingo que se difundió el informe Scioli, Aníbal y Casal estuvieron juntos en la República de Los Niños de La Plata, y que antes de empezar el acto de campaña se encerraron en un automóvil junto al ministro de Justicia bonaerense. Quienes los vieron bajar aseguran que los rostros daban cuenta del tono de la reunión.

Más tarde, pasada la elección se produjo el segundo desencuentro cuando el gobernador partió a Europa en pleno temporal justo cuando algunos distritos comenzaban a ser tapados por el agua. Desatada la polémica y la indignación por la partida de Scioli, Aníbal se mostró dos veces en un día con periodistas ante quienes tomó distancia del ex motonauta, evitó defenderlo y expuso aún más la tensión.

Ya controlada la crisis de las lluvias en el norte bonaerense, durante la semana que pasó Scioli y Aníbal volvieron a mostrarse juntos durante un acto en Malvinas Argentinas y más tarde acompañados por intendentes que habían apoyado a Domínguez en las oficinas porteñas del Bapro. Fue en este último lugar que hubo algunas reuniones y en donde se le planteó a jefe de Ministros que había llegado el momento de dejar de lado esas tensiones, cortar con las chicanas que tanto festeja un sector adolescente del kirchnerismo duro y volver a meterse de lleno en la campaña. Puntualmente le manifestaron que no hay espacio para frases como la de “trajiste alfajores”. Incluso, algunas versiones dan cuenta incluso que Aníbal se enfureció con esa reprimenda.

En el equipo de campaña de Scioli tienen en claro que el mandatario provincial tiene cierta inmunidad a los ataques mediáticos. Pero temen que en las próximas semanas haya una fuerte embestida contra Aníbal F. tal cual ocurrió en la semana previa a la elección primaria.

El análisis no es nuevo. En el sciolismo ya hacían esa lectura antes del 9 de agosto y por eso existió una inclinación hacia Julián Domínguez. Pero ahora, en medio de la turbulencia interna, más que nunca entienden que en un ataque hacia el hombre de Quilmes pueda estar el ‘Talón de Aquiles’ de Scioli que le impida llegar a la presidencia.