Uno dice una cosa y el otro hace otra. No son de partidos diferentes, en realidad conforman la fórmula provincial que se consagró en la elecciones del 21 de junio y que gobernará Mendoza desde diciembre.

Por un lado, Alfredo Cornejo, el gobernador electo, desmiente cada vez que puede la supuesta reapertura de la transición de gobierno que Paco Pérez da como un hecho. A principios de la semana, el mandatario dijo: “Las reuniones continún, incluso ayer hubo una entre las segundas líneas”. “Es mentira”, respondieron desde el radicalismo, quejándose de que “así no se puede avanzar, no podemos conocer los números de la Provincia y saber con qué nos vamos a encontra el 10 de dicembre”.

Sin embargo, no todo el radialismo tiene la misma postura frente al Gobierno saliente. El caso es nada menos que el de la cobista Laura Montero, la vicegobernadora electa, quien este jueves se reunión con el vice Carlos Ciurca y, en muy buenos términos, acordaron los pasos a seguir para que la adinistración de la Legislatura provincial “sea lo más armónica posible”.

Montero responde directamente a Julio Cobos, la “estrella” del año electoral en Mendoza, el dirigentes que, individualmente, más votos sacó como precandidato a senador nacinal en las PASO del 9 de agosto. Incluso muchos más que Cornejo cuando fue electo gobernador el 21 de junio. “Sin dudas Cobos es nuestra mayor arma electoral”, reconoció Cornejo el día después de las PASO.

Para Cobos, justamente, la transición de gobierno debe ser lo más tranquila posible, no importa qué se esconda entre los pliegos más oscuros de las cuentas públicas. ¿Por qué? Porque cree el ex vicepresidente que de esa manera el PJ e retirada hará menos daño. “Miren lo que pasa con Ciurca, el cuco del peronismo, le ganamos y ahora le manejamos la transición”, explican desde el entorno de Montero.

Incluso Ciurca le brindó a la senadora nacional toda la información que había solicitado sobre la situación financiera y de recursos humanos de Poder Legislativo provincial. Todo lo contrario a lo que ocurre en Casa de Gobierno con el estado de las cuentas del Poder Ejecutivo.

Sus más cercanos colaboradores, los dirigentes que serán futuros ministros, despotrican en todos los idiomas contra los funcionarios del Gobierno. En Hacienda, en Salud, el Cultura, los radicales cornejistas se escandalizan de las deudas que aún se mantienen con, por ejemplo, trabajadores de la Fiesta de la Vendimia, en marzo pasado. 

“El descontrol es total, y si no somos rigurosos ahora, después, a mediados de diciembre, cuando nosotros debamos pagar los aguinaldos y depositar a los pocos días el sueldo, seremos los culpables de no poder hacerlo”, resumió un cornejista furioso con el oficialismo y también un poco con el cobismo.