Cuando los porteños vayan a votar el domingo, es probable que se encuentren en su mesa de votación con Hernán Lombardi, Daniel Chaín o Carolina Stanley. Es que Mauricio Macri está tan preocupado por la fiscalización que les pidió a todos sus ministros que sean fiscales de mesa.

Como adelantó LPO, luego del fallo de la jueza María Servini de Cubría que les permitió mudar fiscales de la Ciudad a la provincia, en el macrismo temieron descuidar la fiscalización en la Capital.

En ese contexto, desde la cúpula del PRO les pidieron a los referentes comunales que consiguieran unos 80 fiscales cada uno para llevar a la provincia.

Como la mudanza de los habituales fiscales de mesa de la Ciudad a la provincia podía complicar el control de las elecciones porteñas, que el PRO viene manejando sin problemas desde hace una década, Macri presionó a todos sus funcionarios esta mañana en la reunión de gabinete ampliado para que sean fiscales en las escuelas donde votan.

La presión de Macri –acompañado por Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal- fue tal que, como dijeron a LPO fuentes presentes en la reunión, que a los ministros se les prohibió que asistan al búnker de Costa Salguero antes de las 22.30 del domingo.

Es que Macri quiere que sus ministros y funcionarios se queden durante el recuento de votos para asegurarse un triunfo importante en la Capital que le permita descontar la ventaja que le lleva Daniel Scioli, al menos en relación a lo que dicen las encuestas.