Canal 9 le habría comprado Radio Continetal a Prisa, el grupo de medios españoles dueño del diario El País y más de una docena de radios en todo el mundo.
Según confirmaron fuentes del mercado a LPO, ya habría comenzado la mudanza de equipos y muebles desde el edificio de Continental a los estudios de Canal 9, a pesar de que ambos grupos empresarios aún niegan la transacción.
La compra, sin embargo, no habría pasado por la Afsca, que debe autorizar todas las transferencias de licencias de acuerdo a la Ley de Medios, y establece límites en cuanto al número de radios y canales, la audiencia alcanzada y el origen de los dueños.
De todos modos, la Afsca no puede evitar acuerdos por afuera. El arreglo entre Prisa y Canal 9 se habría concretado con un acta paralela, a la espera de que la autoridad que dirige Martín Sabbatella lo apruebe en el futuro.
El capital del Canal 9 está en un 70% por ciento en manos de Carlos Lorefice Lynch, un abogado sin pasado en los medios. Pero en el sector es un secreto a voces que el verdadero dueño de Telearte SA sigue siendo el mexicano Remigio Ángel González González, quien en diciembre pasado habría transferido la mayor parte de las acciones a Lorefice Lynch para sortear el límite del capital que según la Ley de Medios puede estar en manos de extranjeros.
Canal 9, además, tiene la particularidad de que es el único canal de aire que, según entendidos del medio, no registra negocios paralelos a la televisión: es decir no tiene manera de cubrirse en caso de dar pérdidas, mientras que Canal 13 cuenta con el respaldo de todo el Grupo Clarín, Telefé con Telefónica y América con el Grupo Vila.
La pregunta es, entonces, si hay alguien financiando la empresa detrás de los nombres que figuran en los papeles. Si bien el canal tiene muy bajos costos de producción –lo que le garantizaría buenos números en los libros-, la gran cantidad de contenido de PPT, la productora del oficialista Diego Grivtz pone las sospechas sobre Cristóbal López.
Es que el empresario, dueño del Grupo Índalo compró PPT a principios de este año y mantuvo toda la programación de la productora en Canal 9.
Las razones de la venta
Prisa ya arrastra un tiempo intentando deshacerse de Continental. Sucede que la radio, considerada un modelo de pluralidad y profesionalismo en el sector, se transformó en la única del grupo que pasó a dar pérdidas. Y los directores del medio creen que el responsable tiene nombre y apellido: Víctor Hugo Morales.
En Continental acusan al periodista uruguayo, histórico conductor de la segunda mañana, de desplomar la audiencia de la radio cuando comienza su programa, dejándolo en niveles irrecuperables para lo que resta del día.
Lo cierto es que Víctor Hugo ya había entrado en conflicto con los directores cuando el giro ultra K que pegó el periodista comenzó a repercutir en el porcentaje de encendido de la radio y su programa Cada Mañana estuvo a punto de ser levantado
Morales amenazó entonces con abandonar sus transmisiones de fútbol, donde cuenta con audiencia y capacidad operativa, lo que hubiese sido muy difícil de reemplazar con otro programa y conductor.
El periodista contó, además, con el apoyo del gobierno: a fines del año pasado, cuando Prisa buscaba que el Afsca le aprobara la licencia –complicada por su origen español- desde la Casa Rosada bajó la orden de condicionar el trámite con la continuidad del programa de Víctor Hugo en las mañanas de Continental.
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- 231/07/1522:18En canal 9 hay un funcionario del gobierno con oficina propia. Hace un tiempo anunciaron, las autoridades del canal, que venía una delegación de la Afsca para instruir a los gerentes y demás equipos en el tema de la Ley de Medios. Los asistentes a la reunión, unas 60 personas, esperaron durante casi 2 horas hasta que finalmente bajó otra parte de la gerencia con la gente de la Afsca. El gerente que bajó pidió que no se hicieran preguntas. La charla de la Afsca no fue nada sustancial y duró 15 minutos. El canal se financia con dinero oficial. Los ratings, salvo excepciones, son muy bajos. Un directivo había anunciado en una reunión de gerentes menores que el canal consistiría en unos años -como el resto de los canales de R. González en Latinoamérica- en un administrativo y un técnico como únicos empleados para sostener funcionando la instalación como una "propaladora" de programas enlatados. Agregó ilustrativamente "acá no van a quedar ni los editores de las latas". Dijo que el negocio de González era un "supermercadeo" de canales, donde desde una casa matriz se distribuye la mercadería, mayormente telenovelas, a las "sucursales". Lo confirma el hecho de que por ejemplo en Bolivia, el "canal" de televisión del empresario es sólo una oficina en un shopping (una especie de videoclub pero con emisión nacional de sus latas). González tiene además la radio Aspen y muchas FM en otros países, como Uruguay. Tanto en Canal 9 como en las radios se ha despedido a no menos de 200 personas. González sí estuvo en el canal al menos en dos oportunidades. Manifestó que las telenovelas son nº1 en Latinoamérica y que por eso él se dedica a ellas. Que no es productor ni piensa producir, que es sólo un distribuidor. Por lo tanto él nunca se ajustará a la Ley de Medios de nuestro país. Ésta no se cumple en canal 9, ni en cuanto a programas de producción propia (que salvo dos o tres son de productoras tercerizadas) ni en cuanto a la cuota de pantalla de cine nacional; tampoco en cuanto a ficción nacional (nuevamente en manos de productoras tercerizadas). Se trata de un negocio redondo, en el cual, a pesar del vaticinio de aquel directivo, sigue habiendo más de dos empleados; seguramente González no tenía idea de que en Argentina hay una corporación sindical fuerte apoyada también por el mismo Gobierno al que se asoció, corporación que impidió, no tanto los despidos (porque hubo aproximadamente 200), sino el vaciamiento completo de las instalaciones.
- 131/07/1521:08Otra de la rosca oficialista. Supongo que alguna vez los colgaran a todos.
“En Guatemala uso el nombre de mi esposa. En Chile tengo chilenos y en Perú tengo peruanos. Yo sólo manejo un holding y dejo que mis amigos y familiares controlen el resto”. Sin tapujos, Remigio Ángel González González describía hace diez años su modus operandi en el mundo de los medios latinoamericanos, cuando aún no había comprado canales en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Venezuela.
El mexicano de 70 años se adoptó la ciudadanía guatemalteca, y en ese país comenzó a construir, durante los 90, su imperio mediático, Albavisión SA, con la compra de los canales 11 y 13.
A pesar de su bajo perfil, la figura de González González ersulta controversial por su relación con la política: durante la elección presidencial guatemalteca de 1999, donó 2,6 millones de dólares y horas de aire gratuitas al candidato Alfonso Portillo.
Tras convertirse en presidente, Portilo nombró al cuñado del mexicano como ministro de Comunicaciones e Infrastructura, una posición que supervisa el rol de los medios.
González González suele preparar el terreno para el desembarco en nuevos países del mismo modo: primero vende programación a empresas en mala situación económica para luego cobrarse las deudas embargando o tomando posesión del canal. Siempre, sin embargo, a través de sus representantes locales: el mexicano controla todo el holding desde Miami y nunca se muestra en las sedes de sus decenas de empresas a lo ancho y largo de Latinoamérica.
Así se ganó el mote de “El Fantasma” y por la misma razón, se conoce a sus representantes - como el abogado argentino Carlos Lorefice Lynch-, como “Fantasmitas”.