Victoria Moyano, hija de padres desaparecidos y recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo, salió hoy al cruce de Hebe de Bonafini por rechazar la imagen donde se ve a la candidata a diputada por el Frente de Izquierda con las integrantes de Madres de Plaza de Mayo, Mirta Baravalle y Elia Espen.
Ayer, la titular de ese organismo de Derechos Humanos en el que aclaró que esa agrupación "no forma parte de la campaña gráfica del Frente de Izquierda" y que "no participa ni comparte dichos afiches bajo el lema ‘contra la impunidad de ayer y de hoy’".
El texto agrega que "el Gobierno nacional y popular es el espacio político que más lucha contra la impunidad, juzgando y condenando a los genocidas, y permitiendo -con diversas decisiones políticas- que nuestros niños sean felices".
Moyano recordó que “cuando Gendarmería de Berni me sacaba de los pelos de un auto al que rompieron y me llevó detenida junto con otros compañeros por estar manifestándonos por la reincorporación de los obreros despedidos de Lear, Hebe calló y Mirta (Baravalle) y Elia (Espen) repudiaron la represión y vinieron a solidarizarse”.
En agosto del año pasado, Moyano participaba de una protesta en la Panamericana contra el cierre de la autopartista Lear cuando Gendarmería tiró gas pimienta adentro de un auto detenido en la Panamericana.
“Ellas (por Baravalle y Espen) estuvieron conmigo del lado de los oprimidos contra todo tipo de represión estatal, mientras que Hebe, enterrando su historia de lucha, estuvo del lado de los verdugos”, dijo la candidata del FIT y recordó su polémica relación con el ex jefe del Ejército, César Milani, sobre quien pesa la desaparición del conscripto Alberto Ledo, ocurrida en 1976, durante el denominado operativo "Independencia" en Tucumán. “El abrazo de Hebe con el genocida Milani fue la culminación de una serie de claudicaciones supuestamente basadas en un apoyo incondicional al gobierno”, dijo Moyano.
����
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
Flujo desbocado de fondos públicos, tráfico de influencias y tergiversaciones simbólicas e ideológicas: de eso está hecha la alianza entre el poder y los Derechos Humanos en la Argentina K. No queda del todo claro cómo fue que el líder de una administración que jamás recibióa estos organismos durante años y años de intendencia s y gobernaciones patagónicas, terminó embanderado como caudillo en la defensa de los Derechos Humanos. Luis Gasulla señala que la matriz de eso que se conoce como «El relato» está allí mismo: en una bandera que pasó a ser fundamento de la hegemonía política de los Kirchner.Solo que junto al dinero derivado hacia Madres de Plaza de Mayo,empezaron a reproducirse también los escándalos. Sergio Schoklender, unode los protagonistas de este libro, no hubiese podido transformarse en lo que llegó a ser sin la complicidad de un sistema conformado por losPoderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que decidieron mirar hacia otro lado. Se archivaron denuncias, se silenciaron protestas y se continuaron subsidiando obras sin importar cómo se usaba el dinero. El discurso del «juicio y castigo» y la reescritura del pasado parecían servir para tapar cualquier desaguisado, pero la ruptura escandalosa entre Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender indica que no es así. Y que las manchas en el pañuelo más significativo de la historia nacional solo pueden multiplicarse.