Los presidentes Cristina Kirchner y Evo Morales "rebautizaron" esta noche la plaza ubicada detrás de la Casa Rosada, con el nombre de Juana Azurduy, al descubrir una estatua de la heroína latinoamericana que luchó contra los españoles, donada por el mandatario boliviano.

Así fue anunciado esta noche por la locutora oficial de la Casa Rosada, durante el acto realizado en medio de un festival de música y baile en homenaje a los pueblos originarios, en el que Evo Morales fue el encargado de brindar el discurso y saludó al nuevo monumento que está "mirando hacia la Casa Rosada", y reemplaza al de Cristóbal Colón que anteriormente miraba al río de la Plata en homenaje al colonizador español.

"Es una forma de descolonizarnos de la colonización, estamos en tiempos de liberación, Cristina, con este monumento nos ganaron a Bolivia. Este gran monumento de Juana Azurduy de Padilla, esta mujer revolucionaria que por esta Patria Grande ha perdido su tierra, su compañero, sus hijos, fue una gran luchadora, que ha fallecido muy pobre", destacó el presidente de Bolivia al cerrar el acto del que participaron funcionarios de ambos países.

El encuentro que forma parte del último encuentro oficial entre ambos presidentes antes que Cristina Fernández termine su mandato, comenzó con la Casa Rosada iluminada con los colores de la bandera de Bolivia (rojo, amarillo y verde) y la entonación de los himnos nacionales de ambos países.

Luego pasaron a los Festejos por la Integración en el que bailarines del ballet folklórico de Bolivia danzaron el ritmo de ese país y de la conocida marcha en homenaje a Juana Azurduy.

Tras recorrer los puestos de la feria de las colectividades que fueron desplegados en los alrededores de la Casa Rosada y la Plaza de Mayo para continuar con los festejos de la Integración hasta el sábado, los presidentes descubrieron el nuevo monumento que fue donado por el gobierno de Bolivia, mide 16 metros y pesa 25 toneladas.

"La Presidenta Cristina Kirchner decidió emplazar la estatua de Juana Azurduy en este lugar, como símbolo del poder político de la Argentina”, relató la locutora oficial al culminar el acto, tras lo cual los mandatarios se dirigieron junto a sus respectivas comitivas al Museo del Bicentenario donde el Gobierno argentino brindó una cena de honor al visitante.