Cada día aparecen nuevos elementos que muestran a la UCR asociada al Gobierno en el reparto de cargos judiciales.

Según pudo saber LPO, el radical Santiago Martín pasó de secretario del juzgado federal 2 de Mar del Plata a juez subrogante, en reemplazo de Eduardo Jiménez, ascendido a camarista.

Martín es hijo de Carlos Martín, histórico dirigente radical fallecido recientemente, cuando era uno de los vicepresidentes de la Convención nacional del partido. Participó de la reunión de Gualeguaychú que cerró una alianza con Mauricio Macri.

El caso es similar al de Laureano Durán, el secretario del juzgado federal 1 de La Plata que quedó a cargo ante la muerte de su histórico titular, Humberto Manuel Blanco.

Ese juzgado tiene especial importancia por ser el que supervisa e escrutinio bonaerense, donde vota el 40% del padrón nacional.

Para aportarles idoneidad, el Senado nombró a Martín y Durán conjueces de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata y La Plata, respectivamente.

Alcanzó con la mayoría simple del kirchnerismo, que aplica una ley de subrogancias que la oposición considera inconstitucional porque no exigen los dos tercios que la Constitución obliga a conseguir para nombrar a un juez. Curioso: ningún radical argumentara su rechazo particular por este conjunto de pliegos. 

Como explicó LPO, la UCR tuvo una extraña complicidad en las últimas jugada del Gobierno en la justicia.

El senador Ángel Rozas y el diputado Gustavo Valdes no estuvieron en la sesión del Consejo de la Magistratura que culminó con la subrogancia del camarista Luis Cabral.

Cabral no sólo debía tratar el acuerdo con Irán y la causa Hotesur, temas que alteran a la Casa Rosada; sino también las absoluciones por las coimas en el Senado. Y en la UCR no le tienen toda la confianza.