Lo tenía preparado. Lo primero que hizo Alfredo Cornejo el domingo en la noche tras reconocer la derrota el peronismo mendocino, fue invitar al gobernador Paco Pérez a “desayunar” a su casa al gobernador Paco Pérez para empezar a diagramar “la transición. Una idea copiada de la política chilena, que permite a los políticos dejar atrás las inevitables chicanas de la campaña y proyectar una imagen de “hombres de Estado”.

Así, esta mañana, Pérez con sus muletas por una lesión futbolística, llegó a la casa de Cornejo en Godoy Cruz, departamento del que es intendente el ahora gobernador electo. Uno de los temas ríspidos que trataron en la reunión, giró sobre el anticipo de LPO. La polémica decisión de Paco Pérez de reconocer a las eléctricas un reajuste tarifario retroactivo que recién se aplicará en el próximo mandato.

Es que a través del decreto 390/15, Paco Pérez reconoció unos 4.000 millones de pesos anuales de “ingresos no percibidos” a las distribuidoras de energía eléctrica de la provincia, teniendo en cuenta el periodo julio 2013 – diciembre del 2015, en el cual no habrá aumento tarifario. Esto significa nada menos que un monto “reclamable” de 10.000 millones de pesos.

La lupa está puesta en la poderosa Edemsa, la empresa de luz más grande de la provincia, propiedad en parte de la sociedad que forman el empresario de medios Daniel Vila y el ex ministro del Interior de Carlos Menem, José Luis Manzano.

Cornejo le subrayó a Paco Pérez su molestia por semejante presente griego, que se suma al abultado déficit que ya enfrentan las cuentas mendocinas. Igual, en conversaciones con gente del sector, el gobernador electo avisó que gracias al holgado triunfo de ayer tendrá mayoría en la Legislatura provincial y su idea es anular ese decreto.

Pasado ese mal trago, la charla de más de una hora y media, derivó en temas menos ríspidos, como la licitación del nuevo sistema de transporte, la licitación de áreas petroleras y el presupuesto 2016.

Crisis interna

El insólito periodo de medio año entre elección y cambio de mando, es producto de una decisión de Paco Pérez que le trajo muchos dolores de cabeza: La furia de la Casa Rosada, el apriete con fondos que no llegaban desde Buenos Aires, no contar con el arrastre de Daniel Scioli (el presidenciable que más mide en Mendoza) y ahora el enojo de muchos militantes.

Y justamente el más entusiasta desdoblador, el vicegobernador Carlos Ciurca, es quien en estas horas críticas brilla por su ausencia. Derrotado en Las Heras, departamento que desde 1987 gobernaba el peronismo, perdió este domingo a manos de un ignoto médico cobista llamado Daniel Orozco. El golpe fue tal que Ciurca se retiró “a reflexionar” hasta nuevo aviso, sin dar la cara siquiera para confirmar su derrota.

Esta actitud del vice despertó malestar en Paco Pérez, quien junto al candidato perdedor Adolfo Bermejo, se hizo cargo de la derrota ayer por la noche –soportó incluso insultos y silbidos-, no sólo para aceptar que el oficialismo perdió la provincia, sino nada menos que 6 de los 12 departamentos que gobernaba.

Y la diferencia entre Cornejo y Bermejo no fue mayor (46 a 39%) porque en los otros seis departamentos peronistas, las buenas gestiones municipales rindieron sus frutos y los intendentes fueron reelectos, incluso arrastrando votos de abajo hacia arriba a la fórmula del Frente para la Victoria. Así fue el caso de los caciques Martín Aveiro (Tunuyán), Jorge Omar Giménez (San Martín), Alejandro Bermejo (Maipú) y Roberto Righi (Lavalle), todos azules, más el ciurquista Sergio Salgado (Santa Rosa) y el territorial Emir Félix (San Rafael).