Ernesto Sanz experimentó en vivo las diferencias que padece el radicalismo cordobés, como consecuencia de la alianza electoral con el PRO, el Frente Cívico y la Ucedé, fogoneada por el aguadismo y aceptada a regañadientes, o rechazada, por el resto.

El candidato a presidente de la UCR -que competirá en las PASO de agosto contra Mauricio Macri y Elisa Carrió en el marco de la alianza Cambiemos- pasó todo el día en la provincia de Córdoba para traer su campaña a un territorio difícil, ya que para el tramo nacional está disputado por el postulante del PRO y por José Manuel de la Sota.

La gran incógnita era qué haría el candidato a gobernador de la alianza opositora al delasotismo, Juntos por Córdoba. Oscar Aguad es el primer macrista de Córdoba.

Como había presión sobre Aguad, desde el propio radicalismo, decidió atajar a Sanz en el aeropuerto, a primera hora de la mañana, reduciendo al mínimo las posibilidades de que haya justo allí un periodista.

Un saludo, una foto y un tuit le dedicó Aguad a Sanz. Luego, siguió con su agenda prevista, rumbo a los pobres departamentos del norte provincial.

Más allá del protocolo cumplido, es notorio el contraste con la dedicación que le pone Aguad a cada visita de Macri. Por el porteño suspende todas sus actividades y lo acompaña incluso a los estudios de radio.

Ramón Mestre encabezó un acto de recepción a Sanz en la Casa Radical, adonde el mendocino llegó después de pasearse por las peatonales capitalinas; recorrido en el que sus principales laderos fueron el diputado nacional Mario Negri (candidato a la reelección) y el presidente del Comité Central de la Provincia, Jorge Font.

Mestre llenó de elogios a Sanz y lo ratificó como el candidato del radicalismo cordobés, como si hiciera falta ante la invasión del macrismo.

Sanz, por su parte, pidió un mayor protagonismo de los radicales en la campaña provincial. Dijo que parecían, los radicales, estar viendo la campaña por televisión. Reclamó emocionarlos y convocarlos.

Aunque eso podría interpretarse en una primera lectura como una crítica a los radicales, en la clave partidaria se tomó como lo que era: un tirón de orejas para el comando de campaña de Juntos por Córdoba, que está hegemonizado por los macristas y los radicales asimilados.

Por la noche, a Sanz se lo esperaba en Arroyito, para participar del acto de cierre de la campaña del intendente local, Mauricio Cravero, quien va por su reelección. Allí se esperaba que volviera a encontrarse con Oscar Aguad.