Sergio Massa y José Manuel de la Sota quieren hacerle pagar a Mauricio Macri el costo político por no acordar en una primaria abierta con la oposición al kirchnerismo.

Los hombres del frente UNA creen que el Gobierno podría ganar en primera vuelta, si los principales candidatos que lo enfrentan no logran una alianza electoral capaz de impedir, como en 2013, la continuidad del gobierno de Cristina Kirchner.

Anoche hubo una reunión entre el líder del Frente Renovador y el gobernador de Córdoba con sus estrategas de campaña. Estaban el publicista español especialista en campañas electorales, Antonio Sola; el asesor peruano Sergio Bendixen, por parte de Massa; y el brasileño Joao Santana, que trabaja con el cordobés.

Encuestas en mano, el análisis fue básicamente cómo seguir ante la llegada del cierre de alianzas el 10 de junio y el cierre de listas el 20.

Lo primero que vieron es que hay alrededor de un 60 por ciento de votos que quieren un cambio, tal como salió a decir Macri en los últimos días, pero ellos agregan que ese electorado todavía no definió su voto. Es decir, una vez definido el escenario en junio, el último tramo de la campaña hasta agosto será vital.

En las caminatas, la gente les dice que se junten para ganarles al kirchnerismo y lo mismo arrojan los estudios cualitativos que realizan. La disposición para una primaria abierta está en agenda, si Macri se niega será quien pague ese costo político, prometen.

La orden ya empezó a bajar. Ayer Roberto Lavagna cuestionó al PRO y dijo que "no hay nada peor que no hacer el intento de ganarle al oficialismo". Hoy Malena Galmarini pidió lo mismo y Joaquín de la Torre fue más allá, sosteniendo que Daniel Scioli y el jefe de gobierno porteño tienen un acuerdo por lo bajo para bajar a Massa.

Este es el aspecto de marketing comunicacional.  El otro aspecto son los números y las alianzas locales. “Ahora vamos a contar los votos”, repite Massa. Donde hubo acuerdos, como Tucumán y Jujuy como casos emblemáticos, se mantendrán. Pero en otros lugares donde el radicalismo o el PRO están justo y se negaron a acordar, van a salir a jugar fuerte.

El ejemplo es Chaco. Creen que Aída Ayala va a perder en la provincia y en Resistencia, porque el acuerdo radical PRO se encerró sin aceptar peronistas. El impacto en las provincias de esta ruptura va a ser grande, estiman.

Es más, Santana criticó a Jaime Duran Barba sosteniendo que le está haciendo cometer a Macri el mismo error que a Marina Silva en Brasil.

El camino inmediato de Massa y De la Sota es empezar a lanzar debates y acercarse a las primarias. El tigrense quiere sumar a Adolfo Rodríguez Saá, pero el puntano y el cordobés mantienen espinas del pasado y por ahora no se ponen de acuerdo.

Cuando Massa dice "vamos a contar los votos, uno por uno", habla de lo que conoce, la fiscalización del Conurbano. Los golpes mediáticos pueden quedar truncos el día de la votación, saben, donde rige otra lógica. Creen que el armado de intendentes el día de la elección va a ser un peso grande.

Uno de esos intendentes es Joaquín de la Torre, de la mesa chica tigrense, que no por casualidad salió a denunciar hoy un pacto entre Scioli y Macri, para bajar al tigrense.

“Hace un año que Scioli y Macri tienen un acuerdo por abajo de la mesa, muestran que son amigos, juegan juntos al ajedrez, sus padres jugaban juntos al ajedrez, tienen una alianza para tratar de bajarlo a Sergio”.

“Esa alianza no es con consentimiento del gobierno nacional, por eso creo que Scioli se va a quedar en la puerta y no va a poder ser candidato y va a ser Randazzo, porque Cristina no le va a dar la candidatura a alguien que tiene un acuerdo con Macri”.

“¿Por qué Macri no acepta una interna abierta? Porque tiene un acuerdo con Scioli, son amigos”, dijo De la Torre.

“Son operaciones políticas que responden a intereses políticos, económicos, sectoriales. Son alianzas hechas por abajo de la mesa entre políticos que aparentan estar unos de un lado y otros de otro, pero que en el fondo saben que Massa es la persona que les gana a todos”, dijo con radio Rivadavia.