Las obras de la central termoeléctrica “Vuelta de Obligado” volvieron a quedar en el candelero por los atrasos en los pagos del ministro de Economía, Axel Kicillof y las fuertes protestas de la UOCRA por la ampliación de los despidos que van camino a afectar a unos 1.200 trabajadores.

A más de dos meses del acuerdo que había cerrado con el grupo adjudicatario de la obra – liderado la compañía española Duro Felguera que lleva socia minoritaria a la local Fainser, del ex timonel de la UIA, Juan Carlos Lascurian--, el titular del Palacio de Hacienda tiene frenado el trámite administrativo para habilitar los primeros desembolsos pactados para la terminación de la usina.

Tras un reclamo inicial del orden de los $ 1.200 millones por la incidencia de los mayores costos de los materiales, las subas salariales y las reformas introducidas en la obra, el consorcio constructor había acordado con Kicillof zanjar las diferencias con el cobro de un monto cercano a los $ 700 millones.

El acuerdo alcanzado el 16 de marzo preveía que el Gobierno iba a comenzar a girar los primeros fondos en un plazo de 30 días para que el consorcio vaya cancelando parte de las facturas atrasadas a los subcontratistas que ya tenían las obras frenadas.

A casi 70 días de ese acuerdo, los recursos no aparecen y el expediente de la redeterminación contractual sigue estancado en el ámbito de la secretaría de Energía que conduce la camporista, Mariana Matranga.

Al no recibir los fondos que estaban esperando, las empresas subcontratistas de las obras paralizaron los trabajos y dejaron sin empleo a unos 700 afiliados de la UOCRA.

Sostienen que el consorcio encabezado por Duro Felguera les debe alrededor de $ 400 millones por trabajos efectuados en el segundo semestre de 2014 que ya habrían sido pagados por el fideicomiso del proyecto.

Por ahora, las subcontratistas mantienen una dotación reducida de 500 empleados que cobran una porción del sueldo. En caso de que se mantenga la actual situación, también pasarían a engrosar la lista de despedidos a fines de junio.

La UOCRA santafesina pasó de la protesta a los hechos y la semana pasada cortó la autopista Santa Fe-Rosario e impidió por casi un día el acceso a las terminales portuarias del Paraná. Tras la intervención del ministerio de Trabajo, los trabajadores levantaron la medida de fuerza y aceptaron abrir una negociación hasta finales de mayo para ver si aparece una solución.

Localizada en Timbués, la obra a cargo de Duro Felguera y Fainser contempla la instalación de una central de ciclo combinado de 810 MW valuada inicialmente en torno de los US$ 850 millones.

La primera etapa de la usina fue concluida en diciembre del año pasado cuando entró en servicio el “ciclo abierto” de 540 MW. A partir de ese momento comenzaron a surgir las complicaciones presupuestarias y laborales que prácticamente han paralizado los trabajos correspondientes al cierre del “ciclo combinado” que debe aportar otros 270 MW de capacidad de generación.

La construcción de la usina “Vuelta de Obligado” comenzó a gestarse a principios de 2011 como una iniciativa privada de la generadora local Sadesa , Endesa (del grupo italiano Enel) y la norteamericana Duke. Fue pensado bajo el paraguas del FONINVEMEM, el mecanismo creado la década pasada para canjear el pago de las deudas estatales con las generadoras por nuevas inversiones en usinas.

Como los fondos iniciales no alcanzaban para cubrir toda la obra, el Estado –por medio de Enarsa—decidió en 2012 ingresar al negocio como nuevo accionista del “consorcio propietario” de la central y aportar los recursos que faltaban para el proyecto.

Más allá de cómo se resuelva el tema con el consorcio adjudicatario, hay un punto significativo que ya no se puede alterar. Por la demora registrada en la obra, la administración kirchnerista no podrá inaugurar el cierre del “ciclo combinado” antes de las elecciones de octubre, tal como venían afirmando desde el ministerio de Planificación de Julio De Vido. �ȳ��ȍ#6<��