Analistas y empresarios energéticos que operan en la provincia de Neuquén han comenzado a seguir de cerca dos hechos llamativos que se habrían registrado en las últimas semanas y que tienen como protagonista a la gigante Schlumberger, la proveedora de servicios petroleros de donde provino Miguel Galuccio, el timonel que eligió el kirchnerismo en abril de 2012 para manejar la restatizada YPF.

En medio de los planes de ajustes que vienen implementando las petroleras y que están generando crecientes protestas gremiales, Schlumberger habría perdido un par de contratos muy significativos de servicios y alquiler de equipamientos.

Por un lado, la que prescindió de sus servicios sería el grupo petrolero estadounidense Chevron, el principal socio estratégico de YPF en la explotación de Vaca Muerta.

Según fuentes neuquinas, Chevron cortó los contratos que tenía con Schlumberger para sus proyectos de explotación convencional y algunos de “shale oil” que tiene en sociedad con YPF tras detectar que otros proveedores internacionales están facturando los servicios en juego a precios más bajos.

Además del costado económico, los técnicos de Chevron cuestionaron que algunos trabajos que debían realizarse en menos de tres meses terminaron demorando casi un semestre.

Se trata de un tema particularmente sensible para Galuccio. En la industria siempre se miró con suspicacia el precio de los contratos de servicios que este ejecutivo contrataba para la estatal YPF. De hecho, Vaca Muerta requiere enormes inversiones en ese rubro.

Galuccio con el CEO de Chevron, Ali Moshiri

El reemplazo

Para remplazar a Schlumberger, Chevron habría contratado a XTO Energy, la proveedora de servicios que controla Exxon Mobil, la petrolera privada número 1 a nivel mundial.

XTO Energy –que fue adquirida por Exxon Mobil en 2009—es una de las principales productoras y operadoras de pozos de “shale oil y shale gas” tanto en Estados Unidos, como en el resto del mundo.

XTO desembarcó en el país a principios de este año de la mano de su controlante Exxon Mobil con el fin de encarar la exploración de seis bloques de recursos no convencionales en el prometedor yacimiento de Vaca Muerta.

Si bien por ahora YPF no modificó los contratos que tiene con Schlumberger para Vaca Muerta, no se descarta que la movida de Chevron lleve a Galuccio a tener que revisar los números y precios de los convenios que tiene vigentes con su ex empresa empleadora.

Por las dudas, desde la casa central de YPF de Puerto Madero decidieron enviar en los últimos días un equipo de auditores para examinar la actuación y las compras de los jefes de los yacimientos que tienen sus bases en las localidades de Rincón de los Sauces y Añelo.

Shell también

La otra compañía petrolera que interrumpió vínculos comerciales con Schlumberger fue Shell.

La petrolera anglo-holandesa—también por cuestiones de precios—habría resuelto no renovar los contratos de alquiler y operación de las bombas depuradoras de agua salada que tenía en pie con Schlumberger.

Aunque no hay cifras precisas, en el ámbito neuquino estiman que los montos en juego de los contratos caídos con Chevron y Shell oscilarían entre los US$ 80 millones y US$ 100 millones.

Mientras tanto, el avance de los ajustes y recortes de gastos que están aplicando las compañías tras la fuerte caída del precio internacional del crudo han puesto en estado de alerta a la UOCRA y al gremio de los petroleros.

Desde la UOCRA neuquina sostienen que YPF no está cumpliendo con el programa de obras vinculado con Vaca Muerta que había prometido para 2015. Entre otros planteos, señalan que están atrasadas las obras de caminos y acueductos y que a partir de junio podrían quedar sin trabajo unas 400 personas.

Por su parte, el titular del sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Guillermo Pereyra, denunció que las empresas están reduciendo horas de trabajo y las proveedoras de servicios se aprestan a despedir a unos 700 trabajadores en los próximos tres meses.