El ex candidato a presidente de Brasil, José Serra, lanzó ayer feroces críticas contra la política económica y comercial de Dilma Rousseff y su predecesor, Luiz Inacio Lula Da Silva, con quienes se enfrentó en las elecciones de 2010 y 2006, respectivamente.
En una entrevista al diario Valor, el actual senador opositor dijo que "la raíz de la crisis actual" está en el segundo mandato de Lula, cuando se produjo una fuerte “sobrevaluación cambiaria”, a la que consideró “la peor de las herencias que un presidente puede recibir”.
En otro tramo del reportaje, el ex gobernador de San Pablo cargó contra el Mercosur. "Voy a proponer que Brasil haga un acuerdo bilateral de comercio con Estados Unidos. Es mucho más ventajoso. Brasil tiene tamaño para eso. No tiene que estar arrastrando otros países. Yo vivo repitiendo esto hace décadas: el Mercosur es una traba", sentenció, sin pelos en la lengua.
De esta manera, propuso dejar afuera a la Argentina, Uruguay, Paraguay o Venezuela, con quienes conforma la Unión Aduanera creada en la década de los noventa.
Las declaraciones furibundas de Serra en contra del bloque no son aisladas. Ya Aécio Neves, a quien Dilma debió enfrentar en el ballotage, había manifestado sus dudas respecto a que Brasil se mantenga en el Mercosur, lo mismo que la tercera candidata que hubo en esas elecciones, Marina Silva.
También el propio canciller de la presidenta brasileña en su segundo mandato, Mauro Silva, planteó que una de las necesidades estratégicas en los próximos cuatro años sería acercarse a los Estados Unidos.
“El empresariado y el industrialismo paulista fue aislacionista durante muchos años, porque querían proteger el mercado interno, de escala, de Brasil. Pero ahora se convirtió en un país globalizado, de multinacionales”, explicó a LPO el titular de la consultora Desarrollo de Negocios Internacioneles(DNI), Mercelo Elizondo.
Para Elizondo, el Mercosur fue un espacio que le dio a Brasil mucha actividad, aunque en el marco del modelo económico que mantenía en 1985. Hoy en día la situación es otra: el gigante sudamericano ocupa entre el sexto o séptimo lugar en las economías del mundo.
El principal escollo que representa la Unión Aduanera para el país vecino es que está incapacitado para hacer acuerdos bilaterales con otras naciones, porque estas deben hacerse en bloque y no individualmente, por la existencia de un arancel externo común. Es decir, ninguno de los países del Mercosur puede acordar unilataralmente una reducción de aranceles con otra economía.
“El Mercosur no es una plataforma para terceros mercados y hoy Brasil necesita acuerdos internacionales con otras regiones, aspira a que sus multinacionales puedan acceder a nuevos mercados”, precisó Elizondo.
El titular de DNI recordó que en el país vecino están instaladas 35 de las 100 multinacionales latinoamericanas que existen.
De ahí la sensación en algunos sectores brasileños de que el Mercosur, y en particular la Argentina con las innumerables trabas a las importaciones, se convirtieron en un obstáculo.
En ese sentido, Elizondo remarcó que el Mercosur “está aislado” y que “no firmó acuerdos con terceros bloques”. “Eso, al menos para una parte de Brasil, es una incomodidad”, señaló el consultor.
De todas formas, aclaró que las decisiones relacionadas al comercio exterior se toman con “cierta cadencia”, por lo que si llega a suceder algún giro no será de un día para el otro.
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