Hernán Lombardi quiere vender cara la derrota de su jefa política Gabriela Michetti en la interna del pasado domingo contra Horacio Rodríguez Larreta.

El ministro de Cultura organizó para este fin de semana largo un retiro espiritual –adelantado por Infobae– de todo el michettismo, incluida la senadora, en el Hotel Torres de Manantiales de Mar del Plata, de su propiedad.

El objetivo del retiro, más allá del engorroso análisis de la derrota, es darle suspenso a la definición de Michetti de cara a las elecciones generales de julio. La senadora se distanció ayer de forma elegante de la campaña de Larreta, al asegurar que el objetivo más importante del PRO es la elección nacional.

Mientras tanto, Lombardi quiere generar el suspenso para asegurar lugares para el michettismo en el futuro gabinete, si es que Larreta gana en julio.

“Larreta va a tener que venir a pedirle los votos a Gaby”, señala Lombardi desde el domingo. Es que como explicó LPO, tanto el ministro de Cultura como sus pares Guillermo Montenegro y Daniel Chaín, quedaron en capilla tras jugar a fondo por Michetti.

Al ministro de Desarrollo Urbano lo salva su antigua relación personal con Mauricio Macri. El de Justicia comenzó a bajar el perfil y espera asilo en su campaña por la intendencia de San Isidro. En tanto que el jefe de bloque de diputados, Federico Pinedo, que viajó a Colombia horas después de la derrota del domingo, le corresponderá una banca de senador cuando Diego Santilli asuma como vicejefe, puesto que fue como primer suplente en la boleta de 2013.

Quien está más complicado es justamente Lombardi, que pocos días antes de las primarias sufrió una rebelión de los principales funcionarios de su ministerio, que se mostraron públicamente con Larreta. En el búnker que armó el PRO en Costa Salguero el domingo, algunos de esos funcionarios padecieron la ira verbal de la gente de Lombardi.