Santa Fe
Caos en el socialismo por la feroz interna de Bonfatti y Lifschitz
La pelea amenaza con complicar más la campaña para la elección de junio. El papel de Binner.

El gobierno de Antonio Bonfatti atraviesa una tormenta sin precedentes, desatada el mismo domingo de las primarias luego de conocerse los primeros números oficiales que daban como ganador a Miguel del Sel.

Esa noche, en el bunker del Partido Socialista no podían ocultar el dramático escenario a pesar de las palabras del candidato a gobernador Miguel Lifschitz, quien aseguró que iban arriba por dos o tres puntos según las mesas testigos que le había informado el ministro de Gobierno, Rubén Galassi.

Con el transcurrir de las horas la realidad del conteo provisorio comenzó a contradecir a las mesas testigos y, a pesar de las irregularidades del escrutinio, terminó arrojando una victoria del PRO, que le ganó por más de cinco mil votos a Lifschitz y Mario Barletta juntos.

Los datos erróneos de las mesas testigos que dejaron en ridículo a Lifschitz, y el posterior escándalo del escrutinio, desataron la guerra fría dentro del gabinete socialista, que ya se cargó al primer responsable, el Secretario de Tecnologías Javier Echaniz.

A media semana, cuando ya había estallado el escándalo por el escrutinio, se comenzaron a hacer públicos los pases de facturas, señalamientos y reproches entre dirigentes del oficialismo. "El proceso fue limpio y transparente, el único defecto que tuvo es que hubo un estúpido, porque no se le puede poner otra carátula, algún funcionario técnico que da la información en la noche del escrutinio", había disparado Lifschitz quien, sin nombrarlo, apuntaba al cuestionado Echaniz.

Quien recogió el guante fue Galassi, de quien dependía el Secretario de Tecnologías: “Yo puedo entender que Miguel Lifschitz, como candidato, a quien objetivamente este proceso no lo ha favorecido, se sienta de esta manera y exprese su opinión sobre este proceso, pero no voy a entrar en calificativos".

La defensa de Galassi a Echaniz dejó al descubierto la durísima interna que atraviesa el socialismo provincial entre la dirigencia más encumbrada. “Siempre hubo tensiones, pero lo del escrutinio y el resultado de las elecciones dejaron todo al descubierto”, confesó un allegado al buró socialista.

Como para terminar de coronar el drama, reapareció Hermes Binner. “La gente está enojada porque no se la escucha y tienen razón”, sentenció el dirigente.

Como un padre de familia que observa cómo se pelean sus hijos pero en un momento decide intervenir para que nadie salga más herido, Binner rompió el silencio y, en una entrevista brindada a La Capital, dejó de lado el escándalo del escrutinio e hizo foco en el resultado adverso de la elección para la fuerza que supo conducir .

“La población de Rosario nos dio una señal, que hay que asimilarla. Y rescatar lo positivo para seguir adelante”, sostuvo Binner. Curiosamente, fue una de las pocas voces autocríticas que partieron del socialismo.

La entrevista fue la primera aparición pública de Binner después de mucho tiempo. En las redes sociales, los militantes socialistas no ocultaban la alegría de ver al experimentado dirigente de regreso. “El mariscal está en la cancha. Vamoooo”, expresó un socialista en Facebook.

Binner, el gran ausente

Es que Hermes Binner fue el gran ausente de la campaña del Socialismo. Ni el candidato a gobernador Miguel Lifschitz ni la intendenta rosarina Mónica Fein se mostraron en los afiches junto al principal dirigente que tiene la fuerza.

A pesar de haber cosechado los principales éxitos para el partido de la rosa, Binner fue dejado de lado en la campaña que amenaza con desbancar al socialismo de la provincia y su principal bastión, la ciudad de Rosario, donde gobiernan desde hace más de veinte años.

“Las diferencias que separan a ambos dirigentes deberán hacerse a un lado y comenzar a trabajar juntos si quieren torcer el resultado de las PASO”, es el cálculo que hizo a LPO un socialista, a la hora de evaluar la difícil tarea de remontar el resultado de las primarias.

Una semana antes del cierre de listas, como adelantó este medio, Binner le aconsejó a Lifschitz volver a postularse para la intendencia de Rosario porque ni a él ni Fein le daban los números para ganar tranquilos. Lifschitz entendió el mensaje como un claro intento de desplazamiento por parte del ex gobernador quien, a su entender, buscaba volver a presentarse en la provincia luego de abandonar la carrera presidencial.

En una tensa reunión, Lifschitz resistió a la propuesta de Binner reprochándole que ya había postergado su candidatura en 2011 cuando el socialismo optó por Bonfatti, y que ahora no estaba dispuesto a ceder. 

Según comentaron allegados al Frente, esa pelea fue la causa principal por la cual la imagen de Binner no estuvo presente en la campaña como tampoco el día domingo en ninguno de los escenarios de los centros de cómputos que el socialismo organizó en Rosario y Santa Fe capital. “Quisieron mostrar que podían sin Binner, ahora le están rogando que se ponga al hombro la campaña”, reconoció un dirigente cercano al ex gobernador.

Aquella vez, Binner lo corrió a Lifschitz a pesar de que era el "candidato natural" a la gobernación, y se puso al hombro la campaña de Bonfatti. Las heridas entre ambos sectores nunca cerraron y ahora ante la derrota se reabrieron. 

Las diferencias entre ambos sectores quedaron expuestas en los miles de votos más que sacó Bonfatti como candidato a provincial que la boleta de Lifschitz. Algunos incluso sospechan que esa ventaja podría ser parte de las sospechas maniobras del escrutinio.

Asimismo, la feroz pelea entre Bonfatti y Lifschitz hace pensar a muchos que el actual gobernador hasta preferiría una derrota del candidato oficialista para poder quedar como el líder indiscutido del Socialismo y también de la oposición, a la que manejaría desde Diputados.

En Rosario el binnerismo también hizo diferencia

El magro resultado de Mónica Fein en Rosario, superada por la novel Anita Martínez, obligó a la socialista a recurrir a los votos de su competidor en la interna, el arista Pablo Javkin e insistir con que el Frente fue el más votado.

En rigor, el gran éxito lo obtuvo el ex ministro de salud de Binner, el médico Miguel Capiello, quien en el departamento Rosario sacó más de 143 mil votos, superando por más del doble al candidato del PRO en la categoría a Senador departamental.

La excelente elección de Capiello también puso en alerta al sector de Fein y Lifschitz quienes no lo consideraron a la hora de la campaña.

Ya en el 2013 obligaron al médico a renunciar al Ministerio de Salud para candidatearse a concejal por Rosario. Muy a pesar de su voluntad, a Capiello no le quedó otra alternativa que acatar la orden.

Su desempeño en el Concejo no despuntó y tal como reconoció en su oportunidad a LPO, no se sentía cómodo en el cuerpo legislativo. “Yo soy un hombre de gestión. Toda mi vida me formé para coordinar y gestionar”, había reconocido Capiello.

Por entonces, la cúpula socialista le prometió que sería el próximo candidato a intendente de Rosario. La propuesta intentaba tranquilizar al galeno para que no genere un escándalo público, que es a lo que más le teme el histórico partido.

Como sucedió con Binner, Capiello tampoco fue protagonista de la campaña. Sin embargo, sólo en la ciudad de Rosario, Capiello obtuvo 112 mil quinientos votos mientras que Fein poco más de 80 mil. La abismal diferencia también obligará a los diagramadores de campaña del socialismo a pegar la imagen de Capiello a la de la actual intendenta. 

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  • 2
    matigon65@gmail.com
    05/05/15
    08:35
    lombardi los votos son de la gente, como podes ser tan cara rota de pedir cargos ???? hay una encuesta que dice que los votos de la senadora se dividen por mitades.
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  • 1
    jorge33
    29/04/15
    11:44
    Publiquen lo del recuento de los primeros 8 departamentos Del Sel ganaba por casi 10 mil votos mas de lo que el recuento provisorio marcaba y Perotti le ganaba por 1500 votos al candidato socialista
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