Cristina Kirchner lanzó una inédita presión sobre la Cámara de Casación, luego que trascendiera que el camarista Gustavo Hornos había decido votar por la continuidad del juez federal caludio Bonadío, al frente de la causa Hotesur, que complica a la Presidenta y a su hijo Máximo Kirchner.

La misión fue encargada a dos destacados integrantes de La Cámpora, organización que lidera el hijo de la Presidenta. El secretario General de la Presidencia Eduardo de Pedro y el viceministroo de Justicia, Julián Alvarez, impulsaron reuniones paralelas con los otros dos integrantes de la Sala de la Cámara de Casación que interviene en este tema, los jueces Luis María Cabral y Ana Figueroa.

Estos dos magistrados más Hornos, integran la Sala I de la Cámara de Casación, que debe definir sobre la recusación contra Bonadio que solicitó la directora de Hotesur S.A, Romina Mercado, hija de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.

Luego que tanto Hornos como Cabral pretenden mantener a Bonadio al frente de la causa, el abogado de Mercado, Alberto Beraldi –socio del ex ministro León Arslanian- recusó a los magistrados.

Hornos, rápido de reflejos, llamó a una audiencia para el próximo lunes donde los jueces tratarán el tema y emitirán un informe, aunque para tratar la cuestión debe conformarse un tribunal ad hoc con sus colegas de Casación que decidan si existen o no causales para apartar a los camaristas en cuestión o no.

Para ello, se conformaría un expediente paralelo y dilataría aún más la decisión sobre si Bonadio debe seguir al mando de la causa Hotesur o no.

Mercado, pretende dilatar la cuestión en la Cámara de Casación, mientras prepara la maniobra para que la causa pase a los tribunales de Santa Cruz y tramite ante su hermana, la fiscal Natalia Mercado.

Mercado y Berardi quieren que la causa pase a la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia. En ese tribunal la sobrina de la presidenta junto al empresario Lázaro Báez solicitaron una certificación para que Bonadio informe las cuestiones que se investigan en la causa, la documentación obrante y demás, porque no podrían existir investigaciones paralelas en dos ciudades distintas por el mismo hecho.

Hace un mes que Bonadio recepcionó el pedido de certificación que debe responder pero se abstiene de hacerlo hasta tanto se resuelva si continua o no al frente de la causa.

¿A qué juega Cabral?

Las presiones del Gobierno se profundizaron luego que fracasara una “intermediación” del camarista y consejero Luis Cabral para eyectar a Bonadio de la causa Hotesur.

Cabral, que públicamente es un duro crítico del kirchnerismo, pretendía disimular sus negociaciones votando en contra de la destitución, en una maniobra acordada que conseguía el apartamiento de Bonadío con los votos de Hornos y Figueroa.

Esta maniobra fracasó cuando Hornos, como adelantó LPO, recibió una visita del titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, quien le explicó que había que “marcarle límites” a Cristina y era necesario mantener a Bonadío al frente de la causa.

Por otro lado, Hornos no estaba para nada cómodo con la idea de ser parte d euna maniobra destinada a desarticular una investigación de presunta corrupción del kirchnerismo, a meses que deje el poder. Lo preocupaba la previsible condena social y mediática.

Las reuniones

La primer reunión del camporismo con los camaristas, la impulsó el viceministro Julián Alvarez en el último plenario del Consejo de la Magistratura donde se encontró cara a cara con Cabral, y acordaron volver a conversar cerca de Lanús, donde reside el camporista, con quien el juez mantiene diálogo fluido hace años.

En esa reunión, Alvarez reclamó resultados y Cabral le detalló las presiones que recibió de sus colegas de la Asociación de Magistrados, Colegios de Abogados y Asociación de Fiscales, para que mantuviera a Bonadío en la causa.

El encuentro se selló con un abrazo pero el camporista se fue disconforme y con dudas sobre la “fidelidad” de su interlocutor, confirmaron a LPO fuentes al tanto de las negociaciones.

La residencia presidencial de Olivos, fue la sede del otro encuentro, donde el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini y el camporista Wado de Pedro recibieron a la jueza Figueroa, que mantiene intactas sus aspiraciones de ingresar a la Corte Suprema, carta con la que la seduce el Gobierno.

De Pedro y Zanini acorralaron a la jueza a preguntas que casi no pudo contestar. Le explicaron que necesitan definiciones concretas sobre el futuro de Bonadío y Figueroa se escudó en la “negativa” de Hornos de “acceder” a votar contra el juez federal.

Figueroa mantiene sintonía con Zanini y responde a él, razón que la habría hecho escalar en la Justicia sin antecedentes ni preparación, explican quienes trabajan con ella a diario.

Por su parte, Hornos, viene de superar varias tormentas con distintos gobiernos por lo que en sus cálculos no deja de considerar los costos de separar a Bonadio justo en el ocaso del kirchnerismo.

El juez, mantiene el anhelo de asumir en la Corte o como Procurador General de la Nación, pero en su caso imagina esa posibilidad en el próximo gobierno y por ello mantiene diálogos abiertos con Mauricio Macri, Daniel Scioli y Sergio Massa.

Mientras se define su continuidad o no al frente de la causa Hotesur, Bonadio ya habría decidido llamar a Máximo Kirchner a declaración indagatoria, sin considerar la etapa previa de testimonial, por la contundencia de las pruebas con las que contaría.